Mi observatorio
A 26 años de la falta del quehacer político y social del país, la inmensa mayoría de dominicanos y dominicanas lamenta la ida hacia el más allá del más gran líder de masas que haya dado la República Dominicana, el doctor José Francisco Peña Gómez.
Un hombre historia que supo ganarse con su noble accionar político el respeto de todos, inclusive de aquellos que los adversaban fieramente por el color de su piel, porque veían en este gran hombre un ser humano sin malicia alguna.
A mí me tocó trabajar en el equipo de prensa de ese gran político llevado de las manos de ese gran periodista y gran amigo, Luis José Chávez, quien me introdujo con el líder cuando se produjeron los acontecimientos que lo dividieron con el licenciado Jacobo Majluta.
Recuerdo que en ese local era que estaba el partido que hoy dirige su hijo José Francisco Peña Guaba en la avenida Independencia del sector de Gazcue y ahí estaba ubicado el centro de prensa que dirigía el veterano periodista y gran amigo Luis José Chávez.
Recuerdo que el doctor José Francisco Peña sentía un gran respeto por los periodistas y en todo momento vivía defendiendo y facilitando la labor que realizaban los comunicadores en todas las actividades que siempre les acompañaban.
Peña Gómez es considerado uno de los grandes oradores de la historia de América Latina, así como una de las tres grandes figuras de la historia política de la República Dominicana.
Nació el 6 de marzo de 1937, antes de la masacre del Perejil, la cual obligó a su familia a huir del país. Fue adoptado y criado lejos de sus padres biológicos.
En 1959 comenzó sus estudios de locución, lo que aportó a su capacidad de oratoria. Asimismo, se capacitó en ciencias políticas en las universidades de Harvard y Míchigan. También se graduó como doctor en ciencias jurídicas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
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(El autor es periodista residente en Monte Plata, República Dominicana).