A Pleno Sol
Entre Haití y la República Dominicana se mantendrá una crisis permanente, mientras el vecino país no alcance la institucionalidad y logre sobreponerse a las pandillas.
Será un largo camino, porque levantar un ambiente democrático en Haití es ir contra vientos huracanados. La clase pensante en Haití nunca ha dado demostraciones de querer vivir en democracia, libertad e institucionalidad.
Por tradición los gobiernos haitianos son frágiles, sin fuerza, los cuales son fácilmente desplazados por jefes militares de ocasión u oportunistas civiles, que se venden al mejor postor.
No hay interlocutor válido para poder hacer frente a las necesidades de un país neo-nato, que las grandes potencias sumergieron en el abandono y la muerte prematura.
Si buscamos en la historia haitiana, en pocas ocasiones se ha vivido en libertad y democracia. Las dictaduras, civiles y militares, son la norma de gobierno en ese país. No hay forma de establecer diálogo con la barbarie.
Ahora mismo no hay en Haití un gobierno democráticamente definido que tenga la fuerza suficiente para poder establecer un diálogo con los dominicanos.-
Las pandillas en unos casos son sustentadas por empresarios y políticos, y en otros se imponen a un liderazgo fuerte. El caso del canal en el río Masacre se tiene que inscribir como una provocación inaceptable a la República Dominicana.
El derecho internacional y las convenciones sobre derecho territorial amparan a la Republica Dominicana, aunque los Estados Unidos, Francia y Canadá, lo que quieren es darle zancadillas a las reclamaciones dominicanas.
Hay que rechazar las posiciones de los organismos internacionales, como las Naciones Unidas, y La Organización de Estados Americanos, que son partidarios de una isla sin frontera.
No es confiable la OEA para dirigir una línea de arbitraje, es una institución que se mueve de acuerdo a las apetencias de los Estados Unidos, que en este caso le ha dado las espaldas al país.
La única solución a la crisis actual, es que se desmantele el canal, y que se deje en su estado natural el cauce del Masacre. La República Dominicana no debe dar un solo paso atrás, en sus justas demandas. Fuera las presiones de los organismos internacionales.
La República Dominicana es libre, soberana e independiente, y como dijo Juan Pablo Duarte, es mejor que se hunda la isla antes de que se mancille nuestro territorio y se hagan añicos nuestros valores culturales y patrióticos. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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