Florida (EE. UU.).- En los últimos cinco meses, 40 millones de personas en América Latina se bancarizaron para hacdr frente a los retos que le impuso la pandemia de la COVID-19, según la última investigación realizada por Americas Market Intelligence en asociación con Mastercard.
En un comunicado de prensa, se explica que este objetivo no se puede lograr simplemente otorgando a los consumidores acceso a diferentes productos.
Según el estudio, a raíz de la pandemia la falta de inclusión financiera se hizo más evidente pero de alguna forma también impulsó a las personas a “digitalizarse” haciendo uso de servicios bancarios de forma online.
Indica que la verdadera inclusión es un viaje que evoluciona junto con la vida financiera del consumidor y que hará que los usuarios de la banca digital se incluyan financieramente.
“Dado que las condiciones de cuarentena obligaron a millones de consumidores a adoptar comportamientos digitales por primera vez, incluyendo el comercio electrónico y la banca, la pandemia representa claramente una oportunidad sin precedentes para transformar el estado de las finanzas digitales en América Latina, brindando nuevas posibilidades a la población más vulnerable de la región”, dice la nota.
El estudio subraya cómo el desarrollo de la inclusión financiera significa eliminar barreras como tarifas y restricciones elevadas, aumentar el valor de los productos y servicios al consumidor, una mayor educación digital y financiera, así como una mejor experiencia general del usuario, para construir una base de confianza para el futuro.
En los últimos años, surgieron jugadores no tradicionales -como los neobancos y las billeteras digitales- que contribuyeron a cerrar la brecha de inclusión en Latinoamérica y propician el uso de servicios financieros digitales al reducir y eximir tarifas, facilitar los requerimientos para abrir una cuenta bancaria y ofrecer una experiencia móvil completa.
“La inclusión financiera ayuda a las personas a prosperar proporcionándoles las herramientas necesarias para lograr seguridad financiera, ser más productivos y vivir de manera más estable con vidas saludables y satisfactorias. A largo plazo, puede significar la diferencia entre la prosperidad y la pobreza”, Kiki del Valle, vicepresidente Senior para Alianzas Digitales, América Latina y Caribe, Mastercard
El estudio de Americas Market Intelligence, muestra que los primeros subsidios gubernamentales han sido fundamentales para el creciente acceso al sistema bancario.
El programa Coronavoucher (Brasil), el Ingreso Solidario (Colombia) e Ingreso Familiar de Emergencia (Argentina) forzaron usuarios que previamente utilizaban solo el efectivo a abrir una cuenta bancaria.
El estudio afirma que gracias a los programas de beneficios sociales durante el COVID-19, la población no bancarizada en toda América Latina se habrá reducido en un 25 %.
Expesa que en un segundo plano, la cuarentena cambió los hábitos de consumo de las personas y estimuló el comercio electrónico.
Los consumidores latinoamericanos adoptaron rápidamente las diversas opciones de pago dentro de las aplicaciones bancarias y billeteras digitales, como el pago de facturas, el comercio electrónico, las recargas móviles, y especialmente los pagos de persona a persona, que se han duplicado desde que comenzó el bloqueo”, dice.
Advierte que la pandemia también está cambiando las actitudes hacia la planificación a largo plazo: el enfoque del ahorro, que tradicionalmente se asocia con la riqueza, se ha extendido a los hogares de bajos ingresos.
Platea que llegó el momento de centrarse en estos consumidores, porque se encuentran en un punto muy frágil en el que apenas están conociendo la plataforma online de su banco.
“Para evitar el riesgo de retroceder en la escala de inclusión, las instituciones financieras deben proporcionarles productos y funciones desarrollados a partir de un enfoque centrado en el cliente. Pero si la inclusión financiera universal es nuestro objetivo como sociedad, todavía tenemos un largo camino por recorrer”, concluye.
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