Por Aik Ambiorix
No tengo dudas en afirmar que el vino, el aceite y el pan fueron en la historia de la humanidad los primeros productos que recibieron el toque frágil, de manos trabajadoras y muy creativas.
Se considera que el pan prigenio era elaborado con especies antiguas. El pan ha jugado un papel histórico en muchas sociedades, muy especialmente en el pueblo de Israel. Es símbolo del cuerpo de Cristo y razón de alimento diario de cada día. Así se destaca en el Padre Nuestro reverenciado por católicos y protestantes.
¿Quién no recuerda desde sus preciados años la presencia del pan en su casa? Los dominicanos destacan el pan con café, el pan con chocolate, el pan con huevo, el pan con espagueti, el pan con aguacate, el pan con sardina, el frikitaki, el pudin de pan, el pan de batata y el pan con tomates.
Ante la ausencia de dinero, los adolescentes de ayer, sin poder comprar un buen sándwich completo, nos conformábamos con pedir una tostada de cinco centavos que es simple PAN CON MANTEQUILLA.
A propósito de mantequilla, pan y tostada, un joven, hijo de panadero conocido como Mantequilla, les ha tostado el cerebro a las autoridades, “multiplicando” el dinero a 10, 20, 30 y hasta 40%.
Dice ser graduado de contabilidad, poseer la habilidad de Albert Einstein y dar clases de economía a los expertos. La gente lo aclama: “primero Dios y después Mantequilla”, y hasta podría cambiarse a ese ritmo el nombre del municipio por el de Sabana Grande de Dubái.
Unos lo acusan de ilusionista, otros de loco hábil y muchos de estafador piramidal.
En cualquiera de los casos, Mantequilla es un gran vendedor de esperanzas, sin dudas, para el fracaso en el futuro inmediato de todo el pentonto que da su dinero al ilusionista.
La política, la religión y los negocios requieren de la siembra de esperanzas; la gente quiere cambios y éstos se las ingenian para convertirlos en esperanzas.
Tener esperanzas no es malo. Los mismos psiquiatras y psicólogos recomiendan sembrar hortalizas al enfermo, criar aves o peces como terapia a la esperanza del día a día. Lo que sí es malo, es usar esas esperanzas para sembrar mentiras y engaños como muy bien lo saben hacer muchos políticos, predicadores y comerciantes del patio “guárdese el respeto a muchos que no son así”.
Ahora bien, ¿Qué tiene o hace Mantequilla en esas comunidades que no han hecho históricamente los políticos de aquí, los de ayer y los mismos de hoy?: enriquecerse en base al ilícito cultivando con sus mentiras, esperanzas tan falsas como sus conciencias, conductas y salud emocional. La gente cree en ellos, esperan, son engañados continuamente y reciben a cambio de sus engañadores PAN CON MANTEQUILLA.
Aikambiorix@gmail.com
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