San Juan, 27 ene (INS).- Indignada por la falta de compromiso con la población de diversidad funcional, Karla Cardona denunció hoy que la Defensoría de Personas con Impedimentos la discriminó durante un periodo de año y medio en que formó parte de su consejo directivo.
La mujer de 50 años de edad entró al organismo interesada en mejorar los servicios de la Defensoría de Personas con Impedimentos hacia la población con diversidad funcional, debido a que «nunca ha brindado el servido a la población como se supone y se merecen», por lo que persigue que terminen sus prácticas discriminatorias.
«Ser parte de este consejo directivo responde al compromiso con nuestra población de diversidad funcional toda vez que estas labores son voluntarias», dijo Cardona a la agencia Inter News Service (INS).
La mujer, madre de un joven, narró que llegó al consejo el 21 de agosto de 2019 con grandes deseos de aportar a «una mejor calidad de vida para las personas que componemos este sector».
«Inicialmente observé que había mucho por hacer, pero el horario y los días de reunión se ajustaban a mi horario regular de trabajo. Por mi diversidad funcional requiero asistencia para ingerir mis alimentos, y a través de los días el horario laboral en la Defensoría se fue extendiendo por ende requería asistencia para ingerir mi almuerzo», contó.
Karla Cardona encontró una serie de obstáculos a partir de notificar su necesidad de contar con la asistencia de una persona para ingerir sus alimentos, y después de formalizar su pedido por escrito, como le dijeron, predominó la indiferencia del entonces síndico Roger Iglesias, quien nunca respondió su correo electrónico, y afloró cierta hostilidad por el defensor en funciones Gabriel Corchado.
«Cuando le pregunto al licenciado Iglesias, me indica que se la debo enviar al (defensor interino) Gabriel Corchado, quien cansado de mis comunicaciones me deja saber que la oficina no cuenta con presupuesto para pagar un asistente personal el cual sería por una hora más o menos», reveló la mujer.
En estas circunstancias optaron por hablar con los empleados de la Defensoría para ver quien estaba dispuesto hacer el favor, «pero como ellos no tienen ningún tipo de empatía por la población de diversidad funcional, sus respuestas fueron que a ellos no les pagan para eso».
Narró que solamente una empleada tuvo la disposición para asistirla en la hora de almuerzo, mas los días que esta empleada no asistía al trabajo su necesidad no era cubierta.
«En las últimas dos reuniones que sostuvimos, la presidenta –una persona no vidente– me asistió a la hora del almuerzo; le agradezco su atención, pero reconozco no era su responsabilidad», develó Cardona al sostener que no está dispuesta a tolerar ser discriminada por el personal de esa oficina.
Aseguró que, donde trabaja actualmente, nunca ha tenido la necesidad de solicitar acomodo razonable «ya que mis compañeras, por empatía, respeto y compromiso se han encargado de ayudarme con mi alimentación, por lo que no puedo entender cómo en una oficina que supuestamente defiende a las personas con impedimentos me estén violentando el derecho de un asistente».
Cardona estableció que si el consejo directivo de la Defensoría de Personas con Impedimentos debe estar compuesto por personas con diversidad funcional, lo razonable sería que hubiera un asistente.
«Definitivamente, queda demostrado que la posición que ocupé hasta el jueves 21 de enero de 2021 fue solamente para cumplir con uno de los señalamientos de los incumplimientos federales que le han hecho», afirmó.
Cardona, quien pertenece a la Coalición Amplia de Personas con Diversidad Funcional (CADFI), expuso que tiene la experiencia personal de cuanto sufre una persona con diversidad funcional y las luchas que se ve obligada a encarar para que se respeten los derechos legales adquiridos.
La denunciante espera que la exposición pública de esta situación sirva para encaminar la agencia pública hacia soluciones concretas y justas para la comunidad de diversidad funcional. INS
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