Santo Domingo (República Dominicana).- El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH (ONUSIDA) reconoció que la República Dominicana contribuyó de manera ardua para que se aprobara la nueva Declaración Política sobre VIH y sida, un compromiso mundial recién asumido por los Estados miembros de ese organismo internacional para acabar con el sida como problema de salud pública al 2030.
La directora de ONUSIDA en el país, Bethania Betances, valoró los esfuerzos y la entrega de la delegación dominicana en los debates que se desarrollaron durante la Reunión de Alto Nivel realizada del 8 al 10 del mes en curso en la sede de la ONU en la ciudad de Nueva York, EE.UU, y que dio como resultado la adopción de la Declaración Política.
“Agradecemos a la delegación encabezada por el embajador de República Dominicana ante la ONU, José Blanco, el encomiable trabajo que realizaron para impulsar la consecución de este nuevo llamado a la acción que tiene como objetivo acabar con todas las desigualdades a las que se enfrentan las comunidades y las personas afectadas por el VIH”, resaltó Betances.
Dijo que la delegación también estuvo integrada por representantes del Consejo Nacional para el VIH y el Sida (Conavihsida), la Dirección de Infecciones de Transmisión Sexual y Sida (DIGETCISS), la Red Dominicana de Personas Viviendo con el VIH (Redovih), el Centro de Orientación Integral (Coin), Amigos Siempre Amigos (ASA) y Trans Siempre Amigas (Transsa).
La funcionaria de las Naciones Unidas consideró la Declaración como altamente beneficiosa, dado que los líderes mundiales acordaron reducir el número anual de nuevas infecciones por VIH a menos de 370 mil y las muertes relacionadas con el sida a 250 mil; eliminar las nuevas infecciones por VIH entre niños y acabar con el sida pediátrico.
Sostuvo que la misma establece dar prioridad a la prevención del VIH y garantizar para 2025 que el 95 por ciento de las personas en riesgo de contraer el virus, tengan opciones efectivas de prevención combinada mediante acceso a: condones, promoción, profilaxis pre-exposición, post-exposición, circuncisión médica masculina voluntaria y reducción de daños.
De igual manera, refirió que busca eliminar todas las formas de discriminación relacionadas con el VIH para 2025 y proporcionar tratamiento contra el virus para salvar la vida de 34 millones de personas.
Betances destacó que, la Declaración Política incluye la responsabilidad de reforzar las respuestas al VIH a nivel mundial, regional y nacional, a través de un mayor compromiso que integre a las organizaciones, a las personas que viven con el VIH, a las poblaciones clave y a mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes, jóvenes, migrantes, líderes políticos, comunidad científica, entre otros.
Indicó que también incluye la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH y acabar con el sida pediátrico para 2025, mediante la identificación y abordaje de las brechas en los servicios para prevenir la infección por VIH entre mujeres en edad reproductiva, especialmente en embarazadas y mujeres que amamantan, con el propósito de contribuir a reducir el diagnóstico de mortalidad y tratamiento en embarazadas y lactantes que viven con el VIH.
Asimismo, tomar medidas para lograr la certificación por parte de la Organización Mundial de la Salud de eliminación de la transmisión del VIH de madre a hijo, y garantizar para 2025 que el 95 por ciento de las embarazadas tengan acceso a las pruebas prenatales.
Otros de los compromisos, destacó Betances, están orientados a eliminar el estigma y la discriminación relacionados con el VIH, así como respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de las personas que viven con VIH, mediante la inversión de recursos y la creación de un entorno legal propicio mediante la revisión y reforma de marcos legales.
Bethania Betances expresó que, al igual que la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, entiende que la nueva Declaración Política será la base para poner fin a la pandemia que lleva 40 años arrasando comunidades enteras, asumiendo cambios audaces como: acabar las desigualdades en el acceso a tecnologías sanitarias, invertir en innovaciones para tratamiento, prevención, atención y vacunas, como bienes públicos mundiales, y poner fin a las desigualdades en el acceso a los servicios esenciales.
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