Redacción (ONU-PRESS).- La crisis climática que asola al planeta en forma de incendios e inundaciones perjudica por igual a las poblaciones más vulnerables de los países pobres y ricos, por lo que es esencial limitar el aumento de la temperatura global al objetivo acordado internacionalmente de 1,5ºc por encima de los niveles preindustriales, afirmó este lunes la vicesecretaria general de la ONU.
Durante su intervención en el Diálogo sobre la Aceleración de las Soluciones de Adaptación con Vistas a la COP26, Amina Mohammed señaló que los impactos climáticos en el planeta ya son visibles con un aumento de 1,2ºc, y que las naciones más vulnerables y menos responsables de la crisis climática experimentarán consecuencias todavía aún más devastadoras.
“Los efectos repercutirán en las economías, las comunidades y los ecosistemas, borrando los logros del desarrollo, profundizando la pobreza, aumentando la migración y exacerbando las tensiones. Actuar ahora es una cuestión de justicia climática. Y nosotros tenemos las soluciones”, destacó.
Por ello, destacó la necesidad de tomar medidas valientes para lograr una economía global de emisiones de gases de efecto invernadero de valor cero para el año 2050 y no superar la barrera de los 1,5ºc.
Se necesita un crecimiento enorme en adaptación y resistencia climáticas
“Pero, incluso en ese caso, seguiremos teniendo que enfrentarnos a una violenta alteración climática. Necesitamos un aumento masivo de la inversión en adaptación y resiliencia”, señaló.
Mohammed recordó que sólo el 21% de la financiación climática se destina a los esfuerzos de adaptación y que de los 70.000 millones de dólares que necesitan los países en desarrollo en ese concepto “solo se aporta una fracción”.
Una cifra que solo aumentará con el tiempo ya que los costes de adaptación para el mundo en desarrollo podrían aumentar hasta 300.000 millones de dólares al año en 2030.
“Tenemos el imperativo moral de cerrar esta brecha”, sentenció.
Países más necesitados no tienen acceso a financiación climática
Añadió que además de ser un deber ético, la pronta inversión en adaptación y aumento de la resiliencia también presenta un claro argumento económico.
«Se salvarán vidas y se protegerán los medios de subsistencia», dijo, y señaló que por eso el Secretario General ha pedido a los donantes y a los bancos multilaterales de desarrollo que asignen el 50 % del total de la inversión pública para el clima a la adaptación y la resiliencia.
Sin embargo, los países que precisan este apoyo siguen teniendo graves problemas para acceder a la financiación climática.
Por lo cual, destacó la importancia de simplificar las normas y facilitar el acceso a los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y otras naciones vulnerables, así como de acelerar las iniciativas, por ejemplo, con el Programa de Aceleración de la Adaptación en África
Finalmente instó a los asistentes al evento a actuar con valentía ya que solo faltan 80 días para la celebración de la COP26, la conferencia anual de la ONU sobre el clima, que se celebrará en Glasgow en noviembre.
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