A Pleno Sol
Para que la democracia y la convivencia civilizada existan en la República Dominicana, se hace necesaria la integración de todos los ciudadanas a un marco de desarrollo y de oportunidades. Es levantar la bandera de la unidad para la acción, a pesar de las divergencia.
Las eternas desavenencias, de todo tipo, que adornan a la sociedad dominicana, hacen imposible que se de una concertación, en el manejo del libre intercambio de las ideas y de la economía. Una meta del venidero año 2023 tiene que ser la creación masiva del primer empleo, para que los jóvenes encuentren donde iniciar su vida productiva.
Asimismo mejorar el sistema educativo,, sobre todo el público, donde se camina a tropezones, con pleitos constantes entre el ministerio de Educación y la Asociación Dominicana de Profesores.. La educación hoy está semi-congelado, preparando malos bachilleres y profesores actuando en forma irresponsable
Educación y trabajo son dos de los pilares básicos para el desarrollo. Sin una profesión, a nivel técnico o universitario, es muy difícil poder escalar en el devenir del pleno empleo y salir de la miseria.
Los índices de deserción escolar son preocupantes. Comienza desde la primaria, con niños que salen del aula, por los efectos paralelos de hogares sin recursos, donde no hay comida garantizada y el caldo de cultivo de la ignorancia le dice a los padres que es mejor coger la mocha y buscar los pesos, que esperar una mejor vida en base al estudio.
Todos los sectores tienen 1ue unirse para lograr un verdadero desarrollo nacional, que parte sobre realidades y no por los números favorables que dan economistas complacientes. El modelo tiene problemas paras ajustarse al siglo 21. Hoy se mueve la sociedad dominicana por los mismos parámetros del siglo veinte.
Casi siempre, el desarrollo es selectivo. Es el triunfo individual, pero la tragedia de la gran mayoría es que sigue aprisionada en el lodo de la marginalidad. El gobierno podría jugar un papel estelar con un paliativo de la crisis. Puede controlar la inflación y el agiotismo..
Con los empleos del sector oficial, para mitigar el ausentismo laboral de miles de personas, no se puede contar. Los cargos oficiales están supeditados a la militancia de un partido, a la tarjeta de un dirigente o al simple activismo desarrollado en la campaña electoral.
Termina el año y es bueno que se haga balance de la situación actual. Entraremos al 2023 de la misma forma en que se dieron los primeros pasos del 2022. Las mejorías no van a depender del accionar de un año administrativo, sino de la aplicación de programas con fina sensibilidad social. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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