Una isla “enclavada en el mismo trayecto del Sol”, como dijo nuestro poeta laureado Pedro Mir, “colocada en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol” …sencillamente frutal…
Debió agregarle “brutal” también, y es que, en estos días, se ha desatado la cacería de gatos, que no de brujas, que tanto hemos esperado por tantos…y tantos años.
La tripulación que la ocupa, me refiero a la isla, “sencillamente liviana” se ha vuelto pesada y con mucha razón ante los “desatinos” de los últimos capitanes que la llevaban hacia oscuros abismos escondidos por el caribe.
¿tendremos algún poeta alegre? Me pregunto. ¿Alguno que le cante a nuestra desmedida idiosincrasia? ¿a nuestra sencillamente indiferencia aterradora? ¿a “ese” amor escabullido?
“algún amor creerá
que en este fluvial país en que la tierra brota, y se derrama y cruje como una vena rota, donde el día tiene su triunfo verdadero”.
“Este amor quebrara su inocencia solitaria”.
¿cómo haremos con todos los villanos escondidos en nuestras propias casas? Una isla llena de sangre de piratas acostumbrados a rendir “pleitesías” al capitán de turno y listos a degollarlo cuando cae en desgracia.
¿a dónde se escabullo el honor, la dignidad, la decencia?
Por suerte nuestra tripulación es amplia y goza de todo tipo de elementos. Los mejores, han quedado tirados en las aceras o por barrancos de solitarios caminos.
La sangre ha regado el suelo y brotado en frutos iluminadores. Los que han comido de ellos han multiplicado la luz que hoy parece anda iluminando a toda la isla.
“este amor alcanzara su floreciente edad”
“Decid al viento los apellidos de los ladrones…”
Son muchos, pero la espera ha sido larga y bien vale la pena nombrarlos. Apenas comienza el evento y hemos de estar atentos.
No fueron necesarios tantos muertos para alcanzar la dicha. Si hubiésemos actuado antes…desde muy antes, tal vez…
Hoy, la patria brilla con una extraña brisa. Un viento recorre presuroso toda la isla y hay cantos y murmullos que la enaltecen.
Algunos, no creeremos hasta llegar al final del viaje. Las lecciones han de ser ejemplares o volveremos a navegar hacia “esos” conocidos abismos escondidos del caribe.
“los que la roban no tienen ángeles, no tienen orbita entre sus piernas”.
Nuestra tripulación esta callada. Se mantiene atenta a los acontecimientos y espera impaciente el primer zarpazo.
No es una sed de venganza, pero sí de justicia.
“los campesinos no tienen tierra” …son del ingenio.
Desterrados de su tierra cálida y tostada, por las frías aceras del norte. Por las pálidas ventanas se asoman sus hijos temerosos hacia el vendaval bullicioso de una selva de cemento.
“pero ebrio de orégano y de anís, y mártir de los tórridos paisajes…hay un hombre de pie en los engranajes”.
Yo quiero seguir viendo a ese hombre parado, inamovible e imperturbable. Para que no tengamos que seguir saltando del barco hacia extrañas tierra.
Después
No quiero más que paz.
Un nido
De constructiva paz en cada palma.
Y quizás a propósito del alma
El enjambre de besos
Y el olvido.
Entonces si podremos decir “hay un país en el mundo”. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en San Juan, Puerto Rico).
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