Para la mayoría de las personas en este mundo, unos 7 mil millones, la creencia de una vida eterna «en el más allá» será el premio por haber llevado una vida «honorable», es decir, un comportamiento «adecuado» donde prevalezca el bienestar…
Obviamente, «ese lugar» tiene su parte «oscura» también, ya que de llevar una vida contraria al bien, el premio es «más turbio» y doloroso…
Bienvenidos a este latido, son de los que mi queridísimo amigo mexicano, Camilo Barquet, suele llamar «los mejores», cuando me involucro en el fúnebre tema «mortuorio» de la muerte…
Es decir, volviendo al tema, cuando uno se muere, ¿no se muere? Digo, según «las teorías» de todos los autores de las religiones del planeta.
Cuando morimos, ¿»nos esperan» «vivos»?… O sea, para recibir su premio o castigo. Si es así, la muerte está muerta, porque morir es «vida también».
Lo más perturbador de todo este asunto es que nos están esperando para darnos placer o
¡Achicharrarnos! Un verdadero masoquista jugando al juego de las tentaciones.
Bueno, ese es el cuento que la mayoría se ha tragado desde hace cuchocientos mil años, incluyendo a la mayoría de ustedes… Me imagino…
De todas formas, para «esos» que no se comen estos cuentos, les diré que ellos tampoco saben nada, comenzando conmigo, ya que lo más fácil que hay es «especular» y hablar mucha M…
¡Pero! «Sí nos están esperando», ¡de verdad! Les voy a reclamar por qué carajo y a quién se le ocurrió enviarnos aquí a un mundo tan dramático e inestable, lleno de locos, comenzando conmigo.
«Nos envían de allá y luego nos recogen» no tiene mucho sentido, pero quizás será que, de tanto disfrutar o sufrir en el «más allá», nos volvemos indiferentes al placer y al dolor, regresando a «experimentar» la versión «dual» en la tierra, «lugar adecuado» para resolver «ambos asuntos»…
Así es, mis estimados, nos están esperando a todos, perras y gatas, leonas y conejas, en femenino para variar el asunto, cucarachas y demás sabandijas, para ver «¿qué tal la pasamos?».
Una teoría sin nada de sentido, pero es que vivimos en los absurdos tratando de darle sentido a esta vaina e inventándonos «opciones» «que nos expliquen»… Ya que «encima» tenemos «la consciencia» tratando de «convencernos» que «somos los que somos»… ¡Otro lío más!
Hasta aquí late este latido; espero que tomen «las medidas precautorias» «en caso de» que en verdad «nos estén esperando» para darnos «un yaguazo o un tratamiento de lujo.».
Por mi parte, estoy preparado para ambos escenarios, ya que es tanto lo que he sufrido como lo que he gozado de maneras prolongadas aquí en la tierra, que, donde quiera que me toque, aguantaré con virtud hasta que decidan enviarme de vuelta a la tierra, donde el infierno y el paraíso se relacionan. ¡Salud!. Mínimo Esperandero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach, EEUU).