Redacción (RT.com).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló su renuencia a darle la jefatura de la Alianza del Pacífico a Perú, porque no quiere legitimar el «golpe de Estado» que se ejecutó contra Pedro Castillo, en diciembre pasado, y que dio paso al cuestionado gobierno de Dina Boluarte.
López Obrador informó que le dará instrucciones a su canciller, Marcelo Ebrard, para que notifique a los miembros del Grupo de Río y que ellos sean los que decidan qué hacer con respecto al polémico tema.
«¿Qué hacemos? Porque yo no quiero entregar a un gobierno que considero espurio, que decidan los miembros del grupo de Río (…) si ellos dicen entreguen la Presidencia, pues lo hacemos, pero sí voy a hacer la consulta, porque además yo no quiero legitimar un golpe de estado, no lo podemos hacer, eso es contrario a las libertades, a los Derechos Humanos y es antidemocrático, con nosotros no cuentan en eso», agregó el presidente mexicano.
López Obrador recordó que cuando México iba a entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico a Castillo, el Congreso peruano no le permitió salir del país. Luego, cuando él iba a ir a Perú para reunirse con el exmandatario, lo destituyeron y lo encarcelaron.
«Por esto es que yo considero que fue un golpe de Estado técnico, aunque también han utilizado a la Policía. Y creo que fue un acto ilegal, arbitrario, antidemocrático, porque no se respetó la voluntad del pueblo de Perú», agregó.
El jefe de Estado mexicano puntualizó que con respecto a la situación de Castillo y su destitución, «hay mucha desinformación convenida, pactada«, que a su juicio solo le conviene «a los grupos oligárquicos de América Latina y del mundo».
«Los medios tocan al son que les marca la oligarquía, los grupos de intereses creados, por eso ellos deciden qué es nota y qué no es nota, es gravísimo lo que sucedió en Perú, la destitución de un Presidente, lo meten a la cárcel, no hay fundamentos legales, no respetan la voluntad del pueblo», dijo.
«Toda una conspiración«
Para López Obrador, el trasfondo de la destitución de Castillo se sustenta de una actitud clasista por parte de la oligarquía de ese país, que predomina en el poder económico, mediático y parlamentario.
«Lo que hay en el fondo es una actitud clasista, racista, pues, se trata de un maestro de la sierra, humilde, que fue desde el principio acosado, con cinco o seis intentos de destitución, creo que estaba llegando y al mes ya tenía de parte del Congreso (…) las primeras denuncias de destitución, hasta que lo lograron y lo encarcelaron», denunció López Obrador.
Además, el presidente mexicano comentó que Castillo estuvo dentro de un ambiente «de mucha traición» de personas que «supuestamente lo ayudaban», que se observó incluso cuando lo detuvieron.
«Era una relación de complicidad, de componendas, una asociación delictuosa, toda una conspiración«, agregó.
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