Ann Arbor, Michigan.- Niños con tumores cerebrales inoperables podrían morir antes si viven en áreas de bajos recursos y educación, encuentra un estudio dirigido por Michigan Medicine.
Los investigadores dicen que los factores socioeconómicos pueden afectar la capacidad de una persona para ser diagnosticada y tratada.
El estudio incluyó a casi 100 pacientes atendidos por glioma de línea media difuso y glioma pontino intrínseco difuso, conocidos respectivamente como DMG y DIPG, entre 2000 y 2022.
Ambos tumores son incurables y solo se pueden tratar con terapia de radiación como medida paliativa.
Pacientes de sectores censales de ingresos más altos, es decir, donde más de la mitad de las familias tienen un ingreso anual del hogar de más de $50,000, tuvieron un tiempo de supervivencia mediano de casi 16 meses, más del doble que los pacientes de sectores de menores ingresos.
Familias con niños en áreas de mayor ingreso, así como las de tractos censales con niveles más altos en educación, también viajaron más lejos para recibir tratamiento.
Los resultados se publican en el Journal of Neurosurgery, una revista oficial de la American Association of Neurological Surgeons.
“Los niños con estos gliomas inoperables requieren acceso a centros especializados de atención y ensayos clínicos con la esperanza de extender sus vidas, sin embargo, estamos viendo que los factores socioeconómicos están vinculados a una supervivencia peor”, dijo el primer autor John H. Lee, residente entrante de neurocirugía en University of Michigan Health.
“Es crítico que comprendamos las razones de esta disparidad, para que podamos asegurar que todos los pacientes tengan oportunidades de atención que prolongue la vida”.
Los hallazgos están en línea con otros estudios que sugieren que los factores vinculados al estatus socioeconómico están asociados con resultados de salud, particularmente en tumores cerebrales.
El ingreso y el logro educativo, sugieren los investigadores, pueden afectar el paisaje del diagnóstico y tratamiento de tumores cerebrales.
Las familias con menos recursos financieros podrían estar menos equipadas para viajar a centros especializados donde podrían recibir segundas opiniones, diferentes opciones de tratamiento o ser inscritos en ensayos clínicos, dice Lee.
“Además, los pacientes cuyas familias tienen niveles más bajos de educación podrían tener menos conocimiento sobre los signos y síntomas de una condición, programas de detección temprana y opciones de tratamiento”, dijo Karin M. Muraszko, autora principal y profesora de neurocirugía en University of Michigan Medical School.
“Sin embargo, nuestra investigación descubrió disparidades en la supervivencia a pesar de no encontrar diferencias significativas en las tasas de inscripción a ensayos clínicos o en el tiempo hasta el inicio del tratamiento entre pacientes de diferentes tractos censales. Los estudios futuros deberían apuntar a entender el mecanismo exacto a través del cual se crea esta brecha”.
Autores adicionales incluyen a Katherine G. Holste, Andrea T. Franson, Hugh J. L. Garton, todos de la University of Michigan, Momodou G. Bah, de Michigan State University, y Cormac O. Maher, de Stanford University.
Escrito por Noah Fromson de Michigan Medicine, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News.