Santo Domingo (República Dominicana).- “Las tres causales son circunstancias que rodean un embarazo, utilizadas como excusa para abrir la puerta al aborto libre”, afirmó la neonatóloga Xenia Castillo.
Al participar de una entrevista en el programa de la Conferencia del Episcopado Dominicano “La Voz de los Obispos” la facultativa explicó que, de acuerdo con estadísticas de ministerios de Salud, en los países donde se aprobó el aborto bajo las tres causales aumentaron los casos por motivos de voluntad propia.
Citó el caso de Uruguay, donde en el 2016 un 98.97 % fueron abortos libres, y solo un 0.05 % por riesgos de salud de la mujer, un 0.04 % por anomalías del feto e incompatibilidad de la vida y un 0.01 % por violación.
Dijo que, en España, del 2006 al 2013, los abortos aumentaron más de 100 mil casos por año.
Sobre la causal del peligro a la vida o salud de la madre, recordó que el médico ya tiene un protocolo elaborado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) para atender las emergencias de pacientes embarazadas, como el caso de los embarazos ectópicos, por lo que instó a los galenos a “seguir aplicando el protocolo”.
La profesional, que trabaja en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia desde hace 20 años, explicó que una vez que se hace el diagnóstico “el tratamiento es cirugía (desembarazo), pero que en este caso no hay una intención deliberada de matar al bebé”.
Indicó que en otras situaciones clínicas que se presentan, aunque no ocurren rutinariamente, siempre se trata de salvar las dos vidas aun conscientes de que nacerá un bebé prematuro con las consecuencias que eso implica.
Insistió en que es “falso de toda falsedad” el argumento de que en República Dominicana las mujeres están muriendo por realizarse abortos clandestinos.
Indicó que, en el país, según datos del MSP de 2019, las dos principales causas de muerte por motivos obstétricos directos son trastornos hipertensivos y hemorragias.
“En el año 2019 las muertes por abortos ilegales representaron el 0.006 % con relación al número de embarazos de ese año”, precisó.
Con relación a un embarazo producto de violación o incesto, expresó que “es muy difícil que una mujer quede embarazada por un momento violento”, ya que, por lo general, quienes cometen ese delito son hombres con “disfunciones mentales y por supuesto disfunciones sexuales”.
Dijo que en esas situaciones la mujer, como mecanismo de defensa, hace una “esterilidad secundaria transitoria que impide el embarazo”, y en caso de salir embarazada el concebido no tiene por qué pagar las consecuencias del violador, a quien la justicia debería perseguir.
En relación a la malformación incompatible con la vida, afirmó que en medicina siempre hay un margen de error en el diagnóstico, cuyos resultados pueden ser tres: que la malformación sea tan grave como se diagnosticó, que no lo sea o que simplemente no exista.
Añadió que la ciencia está muy avanzada, por lo que permite aplicar tratamientos intrauterinos con cirugías mínimamente invasivas que en algunos casos son curativas.
Respaldó la necesidad de “que el código penal sea reformado”, pero con la penalización del aborto, por lo que invitó a los legisladores a analizar las experiencias en otros países, como Estados Unidos y España, y descubrir el “negocio envuelto en el tema”.
Sobre la alta tasa de embarazo en adolescentes, denunció que el tema se está “manejando por las ramas y no por las causas”, al explicar que detrás de esos casos hay una disfunción familiar.
“Muchas adolescentes luego de dar a luz regresan al mismo entorno social, tienden a embarazarse nuevamente antes de que su útero esté preparado y probablemente pasen a la lista de mortalidad materna; lo correcto es insertar esas niñas a un ambiente social favorable que le permita educarse junto a su hijo”, dijo.
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