A Pleno Sol
La triste y dolorosa situación de San Cristóbal, lleva a la obligatoria pregunta de si las autoridades tienen la suficiente supervisión de los negocios e industrias que trabajan con material explosivo e incendiario.
Al parecer no hay los suficientes controles. De acuerdo al intento de los propietarios se establece en una zona una ferretería o fábrica con material peligroso, por lo que la prevención puede estar en su mínima expresión.
Vista la situación de muchos accidentes en industrias que trabajan con material explosivo e incendiario, se puede llegar a la realidad de que estos se establecen en cualquier sitio, y que su personal no está capacitado para un caso de rápida emergencia.
Parece que en el país nadie supervisa que en una plaza comercial se instale una ferretería que vende material peligroso. Por lo menos, se le debe dar supervisión y exigir que además de que el personal esté capacitado, tenga los recursos técnicos para minimizar los daños.
La terrible situación de San Cristóbal no debe ser solo los titulares de los periódicos, y después el olvido. Un periódico de ayer no significa nada. Después de la búsqueda de cámara de los políticos, llegará el olvido total.
Es lo que pasa siempre en el país cuando hay una terrible desgracia de esta naturaleza. Que se haga ahora justicia, y que los responsables sean sometidos a los tribunales.
Las autoridades tienen que dar toda la ayuda posible a los afectados, tomando en cuenta lo costoso que resulta un tratamiento con pacientes quemados o poli-traumatizados. Que no se deje en el abandono a estos ciudadanos.-
Proponemos que el Estado declare de utilidad pública el área de la explosión y construya allí un parque, un área verde, para que se rinda homenaje por siempre a los que resultaron muertos y a los que van a sufrir limitaciones físicas de por vida.
Tiene que haber vigilancia y supervisión de los negocios que trabajan con materiales incendiarios y explosivos. Cierto que tienen que haber comercios que se dediquen a este servicio, pero los organismos del Estado deben supervisar sus instalaciones, para verificar márgenes de seguridad.
¿Y que de los bomberos y de los socorristas?. Elogios por un día, para luego seguir con su misma carga de miseria y abandono. Salarios de hambre o simples voluntarios, sin adiestramiento, sin uniformes, y con la vida al filo de la navaja. ¿Quién se condolerá de ellos?. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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