La reconocida revista estadounidense Science publicó un interesante reporte en el que alerta a la humanidad sobre el peligro que está a punto de lidiar, si no se adoptan medidas urgentes con respecto al cambio climático.
Precisa que para el año 2300, es decir dentro de 278 años, la vida en los océanos enfrenta una posible mortandad masiva comparable a las grandes extinciones de la Tierra, como la de los dinosaurios y otras especies, si no logramos frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Precisa que según los pronósticos de los científicos, como Justin Penn y Curtis Deutsch, ambos vinculados a la Universidad de Washington y la Universidad de Princeton, limitar el calentamiento planetario a 2º Celsius por encima de los niveles preindustriales, evitará esa catástrofe.
Estos científicos utilizaron modelos conocidos como eco-fisiológicos para sopesar los límites físicos de las especies con las temperaturas marinas proyectadas y el agotamiento de los niveles de oxígeno.
Los resultados fueron alarmantes: de mantenerse el calentamiento global, como hasta ahora, los ecosistemas marinos de todo el planeta podrían experimentar una extinción masiva equiparable a la del final del Pérmico, conocida como la «Gran Muerte». Esto ocurrió hace 250 millones de años y condujo a la desaparición de más de dos tercios de la fauna marina, debido al calentamiento y al agotamiento del oxígeno, condiciones similares a las de hoy.
Señala que si bien los océanos tropicales perderían a la mayoría de las especies, muchas de estas áreas migrarían a latitudes más altas para poder sobrevivir. Por otro lado, las especies polares desaparecerían en masa, ya que sus tipos de hábitat desaparecerían del planeta por completo.
“Limitar el calentamiento a 2°C, el tope superior del objetivo fijado por el Acuerdo de París, reduciría la gravedad de las extinciones en más del 70%, evitando una extinción masiva marina», señala.
Indica que la meta preferida de limitar el calentamiento a 1,5°C es imposible de lograr con los compromisos internacionales actuales, según expertos climáticos de la ONU.
«Debido a que las extinciones marinas no han progresado tanto como las terrestres, la sociedad tiene tiempo de cambiar el rumbo a favor de la vida marina.»Exactamente dónde se encuentra el futuro entre el mejor y el peor de los escenarios estará determinado por las elecciones que la sociedad haga no solo sobre el cambio climático, sino también sobre la destrucción del hábitat, la sobrepesca y la contaminación costera», escribieron los científicos Malin Pinsky y Alexa Fredston en un comentario adjunto.
«Exactamente dónde se encuentra el futuro entre el mejor y el peor de los escenarios estará determinado por las elecciones que la sociedad haga no solo sobre el cambio climático, sino también sobre la destrucción del hábitat, la sobrepesca y la contaminación costera», apuntaron.
¿Qué pasaría si se extinguen los océanos?
El común de los humanos, yo diría las mayorías, nunca pensaría que ese fenómeno pudiera ocurrir. La profundidad del océano es variable dependiendo de las zonas del relieve oceánico, pero resulta escasa en comparación con su superficie. Se estima que la profundidad media oscila entre 3,900 a 6,000 metros. La parte más profunda se encuentra en la fosa de las Marianas alcanzando los 11 034 metros de profundidad. Hay que imaginarse esa fosa vacía y oscura.
La revista Science advierte entre otros efectos de la extinción de los océanos, que la superficie de las aguas se cubriría de una espesa costra de residuos orgánicos, la cual influiría en la evaporación, reduciría las lluvias y provocaría una sequía general y, por fin, el hambre.
Los océanos son unas de las principales fuentes de oxígeno y, además, es de donde sale el agua dulce que bebemos. Si desaparecen, la vida se extingue.
Lo terrorífico de esa realidad es la siguiente: “Desprovisto de vida, el océano empezaría a pudrirse. El hedor procedente de las materias orgánicas en descomposición (los peces y otros habitantes similares), seria tan insoportable, que bastaría para alejar al hombre de todas las regiones costeras. Pero no se harían esperar otras consecuencias todavía mas graves. Recordemos que el océano es el principal elemento estabilizador de la tierra: mantiene el equilibrio exacto entre las diferentes sales minerales y los gases que constituyen nuestro cuerpo y del que depende nuestra existencia. Sin vida en los mares, gases tóxicos contenidos en la atmósfera, comenzarían a aumentar inexorablemente”.
De acuerdo al referido informe, superada una cierta proporción de C02 (dióxido de carbono), el efecto invernadero, entraría en juego: el calor, irradiado por la tierra hacia el espacio, mantenido bajo la estratosfera originaria, una brusca elevación de temperatura del globo al nivel del mar. Los casquetes polares se fundirían en ambos polos, mientras que el nivel de los océanos subiría unos treinta metros.
Esa parte está sucediendo actualmente con el manoseado término de cambio climático. Los glaciares se están derritiendo. (Comentario mío, MV).
El dióxido de carbono es un compuesto de carbono y oxígeno que existe como gas incoloro en condiciones de temperatura y presión estándar. Está íntimamente relacionado con el efecto invernadero. Es la principal fuente de la vida para los seres vivos en la Tierra.
En pocos años todas las ciudades costeras se inundarían. Para evitar ahogarse, una tercera parte de la humanidad se vería obligada a refugiarse en colinas y montañas, incapaces de proveerse para su subsistencia.
Mientras se avecina esa catástrofe natural, los líderes mundiales de las grandes y pequeñas naciones continúan indiferentes a esa situación, contaminando el planeta, invirtiendo sumas millonarias en armas demoledoras para adueñarse de los recursos minerales de los países más débiles y desperdiciando energías en reuniones improductivas convocadas por organismos internacionales desacreditados e infuncionales.
mvolquez@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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