Sí, Miriam Germán Brito. La procuradora general que a lo largo de su existencia optó por su pueblo, el decoro, la dignidad. Columna de amor y honestidad, imposible de derribar. Sencillamente Miriam. El ser humano que conquistó el corazón de un pueblo sediento de justicia y solidaridad. La magistrada vilipendiada por la maldad y legitimada en su cargo actual por el pueblo verde movilizado.
Miriam corre peligro. Está amenazada de muerte y no solo por las llamadas desde España de un narcocapo dominicano. Está amenazada por lo que representa, por lo que ha hecho y sobre todo por lo que puede hacer. Está en la mira de una maquinación asesina, con la que “pinta” de una trama perversa a cargo de estructuras criminales asociadas e insertas en un régimen alimentado por la narcocorrupción.
Mafias de Estado que se entrelazan con mafias comunes para hacer fortunas al vapor. Cárteles de las drogas, que pugnan ferozmente por la preeminencia entre sí, se mezclan con jefes políticos y empresariales que los protegen; imprimiéndole al Estado delincuente las características de narco-Estado. PN, DNCD, órganos de seguridad…se han podrido por arriba, pudriendo el sistema dominante.
Instituciones de investigación secuestradas por esas asociaciones delictivas, constituyen a mi entender, en este y otros casos, el peligro mayor. La doble moral es ley en no pocos integrantes de los altos mandos políticos, policiales, militares y empresariales de este país.
La protección de Estado-gobierno no es confiable. Las complicidades abundan. En estas circunstancias hay que estimular a la gente honesta, buena, sensible, y a todos los factores influyentes, a trabajar para que el pueblo sencillo vuelque su solidaridad hacia Miriam Germán.
Según lo oficiosamente conocido, quienes amenazan a Miriam Germán cuentan con poder de chantaje y complicidades altas, decididos a agredir física y moralmente desde un discurso turbio, construido para sembrar dudas, a lo Jean Alain.
En el delicado rol que le ha tocado desempeñar a Miriam Germán con toda la dignidad del mundo -dentro de instituciones estatales que cercan y acosan valores, infiltradas por agentes de la corrupción y de la maldad- para la defensa de su vida se debe confiar fundamentalmente en todo lo que pueda hacerse junto al pueblo y desde el pueblo.
La amenaza a Miriam es más que las llamadas del capo. Parece contemplar otras vertientes perversas. La reacción e indignación del pueblo y de sus fuerzas democráticas, sus líderes sociales, sus intelectuales incorruptibles, sus organizaciones revolucionarias, son vitales frente a un Estado penetrado hasta el tuétano por mafias. Hay que multiplicar energías solidarias ¡Manos a la obra!
narsoisa@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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