Santo Domingo (República Dominicana).- Ministros de Hacienda y Economía de Iberoamérica promoverán mecanismos y herramientas para aumentar el acceso a facilidades de financiamiento para los países de renta media, con la finalidad de invertir en la recuperación económica ante la pandemia por COVID-19.
El acuerdo surgió en la la VII Reunión Iberoamericana de Ministras y Ministros de Hacienda y Economía de la Conferencia Iberoamericana, celebrada en Santo Domingo de forma presencial y virtual.
En ese espacio instaron a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) promueva una distribución más equitativa de los Derechos Especiales de Giro (DEG) entre los países de renta media, por ejemplo, a través de un fondo fiduciario.
Abogaron por que los bancos multiratelares de desarrollo, que operan en América Latina y el Caribe, sean tenedores autorizados de los DEG en el FMI, pues hasta el momento no existe ninguno en la región.
El ministro de Hacienda dominicano, Jochi Vicente, expresó que el acceso desigual a los mercados de crédito, que históricamente han tenido las naciones de ingresos medios, ha limitado en la actualidad el espacio fiscal necesario para acomodar las necesidades adicionales de gasto y paliar los efectos de la latente crisis sanitaria y económica.
En tanto, la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, dijo: “los costos de la pandemia tienen una distribución equitativa, pero los recursos para lucharla tienen una distribución profundamente desigual”.
Los participantes resolvieron promover la discusión sobre los sobrecargos en los préstamos de apoyo financiero del FMI, y su posible suspensión en el contexto actual, para contribuir a reducir las necesidades de financiación de algunos países de renta media que más lo necesitan.
Acordaron instar a que las instituciones financieras internacionales mejoren las facilidades crediticias a través de mecanismos transparentes y accesibles, concertados y no discriminatorios, que contribuyan a que los países en dificultades recuperen con prontitud la solvencia y el acceso a los mercados financieros internacionales.
Apoyaron la discusión de mecanismos y herramientas de política económica que contribuyan a reducir los niveles de pobreza y desigualdad, cerrar las brechas sociales y mejorar el acceso a los servicios básicos, permitiendo a los países iberoamericanos mantenerse dentro de la ruta para cumplir con la Agenda de Desarrollo 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Convinieron respaldar la iniciativa lanzada por el Club de París y el G20 para el establecimiento de un marco común para la negociación coordinada de tratamientos de alivio de deuda, con el fin de que dicho marco permita dar una respuesta adecuada a nivel global a las situaciones de sobreendeudamiento derivadas de la pandemia.
Se pusieron de acuerdo en promover la adopción de un nuevo marco o estándar multilateral de valoración de riesgos financieros y macroeconómicos que incorpore la particularidad de la situación de la COVID-19 y las medidas de respuesta, incluso en los portafolios de los bancos multilaterales de desarrollo, para evitar que las rebajas de la calificación crediticia generen un efecto procíclico, suponiendo un agravamiento adicional de esta situación.
Aprobaron instar a que los esfuerzos económicos y financieros para mitigar la actual crisis sean encaminados a una transformación sistémica que afronte los principales retos globales como el cambio climático, la desigualdad social, y la disrupción tecnológica, aumentando significativamente la inversión en ciencia, tecnología e innovación (CTI), al igual que apoyar las inversiones en infraestructura sostenible, inclusiva y resiliente y prevenir la aparición de crisis similares mediante el fortalecimiento del multilateralismo y la cooperación en el espacio iberoamericano.
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