Redacción (VOA).- La líder de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, y otros funcionarios del partido gobernante fueron detenidos el lunes, en una medida que generó preocupaciones sobre un posible golpe.
Las detenciones de la madrugada se produjeron el mismo día que estaba prevista la inauguración del nuevo parlamento.
Aung San Suu Kyi y el presidente Win Myint fueron capturados el lunes temprano, dijo el portavoz del partido gobernante, la Liga Nacional para la Democracia (NLD).
«Quiero decirle a nuestra gente que no responda precipitadamente y quiero que actúen de acuerdo con la ley», dijo el lunes el portavoz Myo Nyunt, y agregó que también esperaba ser detenido.
«Hasta donde sabemos, todas las personas importantes han sido arrestadas por el ejército birmano», dijo. “Entonces, ahora podemos decir que es un golpe de estado. En Naypyidaw, he oído que Aung San Suu Kyi y el presidente Win Myint han sido arrestados. Pero no estamos seguros de los miembros del Parlamento en el recinto del municipio, pero podemos suponer que también han sido arrestados”.
En un comunicado, la Casa Blanca dijo: «Estados Unidos está alarmado por los informes de que el ejército birmano ha tomado medidas para socavar la transición democrática del país», y agregó que Estados Unidos insta a «los militares y todos los demás partidos a adherirse a las normas democráticas y el estado de derecho, y liberar a los detenidos hoy».
«Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las elecciones recientes o impedir la transición democrática de Myanmar y tomará medidas contra los responsables si estos pasos no se revierten», dijo el comunicado.
El servicio de telefónico y de internet estaba interrumpido en las principales ciudades, según varios reportes, y la emisora estatal MRTV estaba fuera del aire e informó en Facebook que tenía problemas técnicos.
Los soldados estaban en las calles tanto de la capital, Naypyidaw, como de la ciudad más grande, Yangon, dijeron reportes de prensa.
La noticia de las detenciones llega después de meses de tensiones tras la aplastante victoria de la NLD en las elecciones de noviembre. El ejército de Myanmar afirmó que se había producido un fraude electoral, alegación rechazada por la comisión electoral del país.
El sábado, el Tatmadaw, nombre oficial de las fuerzas armadas de Myanmar, emitió un comunicado en el que argumentó que se había producido un fraude electoral y que la comunidad internacional «no debería respaldar los próximos pasos del proceso político sobre una base de «negocios como siempre».
«El Tatmadaw es el que presiona para que se adhieran a las normas democráticas», indicó el comunicado. “No es el resultado en sí mismo de las elecciones lo que el Tatmadaw se opone (…) Más bien, el Tatmadaw considera inaceptable el proceso de las elecciones de 2020, con más de 10,5 millones de casos de fraude potencial, como votos inexistentes”.
La semana pasada, el ejército de Myanmar había desestimado los rumores de que lanzaría un golpe de estado después de que el comandante en jefe del ejército, el general superior Min Aung Hlaing, dijera a los oficiales superiores que la constitución, que prohíbe un golpe, podría ser revocada si no se aplicaban las leyes y eran debidamente ejecutadas.
Durante la semana pasada, el ejército desplegó un número inusualmente alto de tanques alrededor de la capital, lo que generó alarma entre civiles y funcionarios gubernamentales.
Se esperaba que el nuevo Parlamento de Myanmar se reuniera para su primera sesión en Naypyidaw el lunes (1 de febrero).
El arresto de líderes en Myanmar, también conocido como Birmania, es solo el más reciente evento en un país que ha luchado entre el gobierno civil y el militar y suscita preocupaciones de que la transición de la nación a una democracia se haya estancado.
Una excolonia británica hasta 1948, Myanmar ha sido gobernada por dictadores respaldados por el ejército desde 1962 hasta 2010.
Un levantamiento en 1988 impulsó las elecciones de 1990, que el partido Liga Nacional para la Democracia (NLD) ganó de manera aplastante, pero los miembros electos del Parlamento fueron encarcelados y la dictadura continuó.
Aung San Suu Kyi, la hija del héroe de la independencia de Myanmar, el general Aung San, que fue asesinado en 1947, emergió como líder en los mítines a favor de la democracia y del partido NLD. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991 mientras estaba bajo arresto domiciliario.
En 2010, el general mayor Than Shwe anunció que el país sería entregado a los líderes civiles, entre los que se encontraban generales retirados. Liberaron a los presos políticos, incluidos los legisladores de la Liga Nacional para la Democracia, y a Aung San Suu Kyi, quien fue elegida en las elecciones parciales de 2012 y luego se convirtió en consejera de estado de Myanmar.
Pero Aung San Suu Kyi, de 75 años, aunque popular entre la mayoría budista de Myanmar, ha visto disminuir su reputación internacional por el trato que ha dado su gobierno a la minoría rohingya mayoritariamente musulmana del país.
En 2017, una represión del ejército contra los rohingya, provocada por ataques mortales contra las comisarías de policía en el estado de Rakhine, llevó a cientos de miles de rohingya a huir al vecino Bangladesh. La Corte Penal Internacional está investigando al país por crímenes de lesa humanidad.
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