Visión global
La inmensa mayoría del pueblo venezolano está consciente de que las graves precariedades que padece no son producto de la supuesta ineficacia de los sucesores del comandante Hugo Chávez, conductores del Estado bolivariano a partir de su fallecimiento hace nueve años.
Los venezolanos saben que el 90% de sus dificultades se derivan de la brutal agresión que ha ejecutado la administración estadounidense, sobre todo durante el accidente histórico que significó la presidencia de Donald Trump, un grave salto al vacío que sólo es posible en elecciones, cuando las urnas paren cualquier cosa.
Agresión que ha continuado en la administración de Joe Biden, un renegado demócrata que se asemeja más a Trump que a Barack Obama, y en nada a Roosevelt.
Si miles de venezolanos han tenido que emigrar y atravesar las vicisitudes que de por sí pasan los migrantes, se debe a esa política. Pero no todos lo analizan así, máxime cuando son bombardeados con mensajes sistemáticos y mentirosos.
Sin embargo, esa realidad impone, al mismo tiempo, la obligación de políticamente ir más allá de echar las culpas hacia afuera, y en términos electorales ver las cosas desde una perspectiva menos simplista.
Por ejemplo, el chavismo, a través del Partido Socialista Unida de Venezuela (PSUV) y sus aliados, se alzó con 29 de las 23 gobernaciones y el Distrito Capital que estuvieron en juego en las pasadas elecciones del 21 de noviembre y perdió la elección en Barinas este domingo 10, a pesar de ser el estado natal del líder Chávez.
La lectura que la dirigencia del chavismo debe asimilar para futuras contiendas, es que, de los territorios ganados, sólo en cinco logró la victoria con más del 50 por ciento de los votos (Distrito Capital, Carabobo, Aragua, Delta Amacuro y Anzoátegui), y en Lara con casi el 50.
Las demás victorias oscilaron entre el 40 y el 47 por ciento, siendo Táchira el menor con apenas 40.7 %.
Estas cifras arrojan que, si la oposición hubiese acudido unida, el PSUV solo habría triunfado en las seis demarcaciones citadas, cuyos candidatos obtuvieron votaciones cómodas de entre 51 y 59 por ciento.
De estos resultados se desprende que el chavismo tiene rápidamente que articular una estrategia tendente, no sólo a mantener desunida a la oposición—lo cual no domina enteramente—sino a rearmar la maquinaria que le ha permitido ganar todas las batallas electorales desde 1998 a la fecha, con la sola excepción de las parlamentarias de 2015.
Si el chavismo ha podido sortear con relativo éxito las embestidas criminales de Estados Unidos, bien puede rearmarse electoralmente y seguir triunfando. Es un mensaje para recibirlo y analizarlo con cabeza fría.
Nelsonencar10@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Domingo).
Comentarios sobre post