Montecristi (República Dominicana).- Técnicos y guardaparques del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MMARN) retiraron 220 trampas para flamencos colocadas por desaprensivos que tratan de seguir comercializando esas aves, pese a que se exponen a ser procesados ante los tribunales.
Las trampas fueron retiradas por el personal del Parque Nacional Manglares de Estero Balsa, en Manzanillo, informó Juan Guzmán, coordinador regional del Noroeste de Areas Protegidas, quien explicó que las herramientas artesanales son utilizadas para capturar al ave cuando se desplaza por el suelo en busca de alimento.
«Es muy penoso, porque a veces ocurre que el ave, en su afán de liberarse, pierde una de sus patas, y en otras ocasiones muere por agotamiento y ahogo», lamentó.
Guzmán insistió que se trata de un crimen contra una especie indefensa que, para contrarrestarlo, el MMARN y otras instituciones lo combaten con el proyecto Rescate Rosado.
Recordó que comprar o vender estas aves constituye un delito ambiental castigado en el ordenamiento jurídico dominicano.
El pasado 12 de enero el MMARN recuperó, junto a la Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (Proedemaren), siete flamencos del Caribe que eran mantenidos en cautiverio por un alojamiento turístico que se negó a entregar las aves de manera voluntaria a Rescate Rosado.
Las aves fueron rescatadas en Flamingo Jungle, un espacio de alojamientos que se oferta a través de la plataforma Airbnb.
El operativo de rescate, que estuvo encabezado por el fiscal Domingo Belliard, adscrito a la Proedemaren, contó con el apoyo de agentes del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa).
Rescate Rosado se enfoca en la conservación del flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber). En el proyecto participan el Parque Zoológico Nacional Arquitecto Manuel Valverde Podestá y el Grupo Acción Ecológica.
Las aves rescatadas son sometidas a un proceso de recuperación el zoológico antes de ser liberadas en distintas áreas del país, en especial en Montecristi, por las condiciones favorables para su alimentación.