Es un hecho conocido que la pandemia de coronavirus afectó a más de 200 países y territorios en el mundo. Los consiguientes cierres de universidades, escuelas, centros comerciales, templos, oficinas, aeropuertos y lugares de entretenimiento, incluso espacios de trabajo, dieron como resultado que millones de personas utilizaran Internet y los servicios web para comunicarse e interactuar, con un uso del 95% en las horas pico.
La pandemia llevó al mundo a una situación en la que quienes no están conectados a Internet se enfrentan a la exclusión total. Las reuniones son completamente en línea, el trabajo de oficina se traslada al hogar, con aún más nuevos patrones emergentes de trabajo y socialización.
Por lo tanto, aquellos que se encuentran en el lado equivocado de la brecha digital quedarán completamente fuera, ya que los servicios de videoconferencia como Zoom, Microsoft y Google Meet experimentan un aumento de diez veces en el tráfico de Internet.
El acceso se convierte así, en una necesidad para la supervivencia profesional y salud humana, por lo que garantizar la conectividad es un mandato para los gobiernos. Deben prevalecer los principios básicos de neutralidad de la red, garantizando la misma prioridad y costo para todos.
Aunque la pandemia está retrocediendo o estabilizándose en ciertos países, el distanciamiento social sigue siendo el núcleo de la nueva normalidad y el uso de Internet no disminuirá. A medida que un mundo pos-pandémico asoma lentamente en el horizonte, el impacto en la vitalidad digital adquiere muchas formas.
ANCHO DE BANDA – El uso intensivo de Internet durante la pandemia ha aumentado los requisitos de datos de las personas. Trabajar desde casa es una norma nueva e irreversible. Los empleados trabajan desde casa, se reúnen y realizan transacciones en línea, usan herramientas de videoconferencia y la audio conferencia aumenta significativamente. Esto impulsará a las empresas a una profunda inversión en la expansión del ancho de banda, equipos de red y software que aproveche los servicios en la nube. Sin esa expansión, muchas organizaciones no podrán manejar la carga requerida.
EDUCACIÓN – Las plataformas de enseñanza asincrónicas como Moodle, Blackboard, EdX y Coursera también han experimentado un aumento dramático en las inscripciones a medida que el cambio se traslada al modelo de aula en línea. Los modos de enseñanza en vivo siempre prevalecerán, pero hasta un 60% solo a partir de 2021. De hecho, algunas instituciones ahora están cambiando por completo al modo en línea, con la excepción de las sesiones que requieren presencia física, como el laboratorio y la educación deportiva. Nuevamente, esto impacta la brecha digital. Habrá una necesidad de dispositivos de Internet subsidiados, datos adicionales gratuitos o exención de las tarifas de suscripción de los usuarios para las escuelas.
TECNOLOGÍA – Las tecnologías de transformación digital como la nube, Internet de las cosas (IoT), Blockchain (BC), la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML) constituyen una gran parte de lo que las organizaciones están adoptando como parte de su esfuerzo de transformación a las nuevas normas. Esto trae consigo otro aspecto del uso digital por parte de la población trabajadora, incluida la sensación de estar en el trabajo constantemente y el monitoreo del lugar de trabajo. Esto ya se define como «tecnoestrés».
Se requerirá apoyo psicológico para este tipo de trabajo en el período pos pandémico debido a la sobrecarga de trabajo y la presión de estar prácticamente «presente» la mayor parte del tiempo. Agregue a eso el aprendizaje continuo que requiere la nueva tecnología. El desempeño es clave y los empleados serán monitoreados continuamente durante el trabajo de videoconferencia. Tendrán que hacer frente a la multitarea y al hiper-enfoque.
FRAUDE – Otro impacto del año de la pandemia es el fraude en línea, las estafas, las intrusiones y las brechas de seguridad. Los ciber-delincuentes y los estafadores han descubierto nuevos trucos de timo, explotando las vulnerabilidades de la crisis. Se multiplicarán las estafas, las extracciones de dinero fraudulentas y las infracciones de seguridad cibernética. De se modo, aumentarán las innovaciones en seguridad.
DESMONETIZAR – Los pagos digitales y las monedas virtuales prometen ser un papel clave en la situación posterior a la pandemia. El dinero y billetes impresos se consideran ahora «dinero sucio» como portadores de virus. Debido a que los pagos digitales son sin contacto, los gobiernos seguramente lo alentarán como otra nueva norma. El pago digital y los modos electrónicos de transferencia de fondos prevalecerán.
En resumen, con la pandemia, la Internet se ha convertido en la herramienta más importante a disposición de los ciudadanos. Cualquier impacto de acceso limitado, reducción del ancho de banda o cortes de Internet hará que las cosas sean más sombrías para una amplia gama de sectores, incluidos la educación, la atención médica, los medios de comunicación y el comercio electrónico.
cccrafael@gmail.com
(El autor es periodista, profesor de medios digitales y mentor universitario residente en Puerto Rico).
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