Redacción (RT).- Grupos de manifestantes que protestan en contra de la detención del destituido mandatario peruano, Pedro Castillo, han tomado el aeropuerto de la ciudad de Andahuaylas, ubicado en el departamento de Apurímac, en cuyas instalaciones se registran incendios.
El fuego se originó en medio de los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden, que incluyen tanto la Policía local como un contingente de 150 agentes de la División Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes) que llegó la jornada anterior desde Lima como refuerzo, precisa RPP Noticias.
Ante la llegada de la unidad de Dinoes, un grupo de ciudadanos descontentos bloqueó la salida del aeródromo en cuestión, prendiendo fuego a llantas y otros materiales, al tiempo que arrojó piedras contra los efectivos. Por su parte, la Policía respondió con bombas lacrimógenas. En medio de los choques, se registraron incendios en varias áreas del aeropuerto.
Por su parte, la Corporación peruana de aeropuertos y aviación comercial (Corpac) anunció el cierre del aeropuerto en la ciudad debido a «ataques y actos de vandalismo» ocurridos desde la tarde del sábado, que habrían dañado la pista de aterrizaje y los equipos necesarios para prestar la navegación aérea. Desde la entidad precisaron que se incendió la sala de transmisores y la de combustible.
«CORPAC hace un llamado a la calma y sensatez de la población que viene atacando sin razón alguna nuestro terminal, que no hace más que retrasar el desarrollo económico de esa región, así como truncar el traslado, por la vía aérea, ante una emergencia de salud», reza el comunicado del organismo.
Además, solicitó «el apoyo y refuerzo a las autoridades competentes, a la Policía Nacional» para proteger a las personas «que se encuentran en calidad de rehenes».
El siniestro en el aeropuerto se produjo después de que líderes sociales de Apurímac declararan este sábado a la región en insurgencia popular y exigieran el cierre del Congreso del país que depuso a Pedro Castillo de su cargo presidencial por «incapacidad moral». Entre otras exigencias, reclaman la renuncia de la nueva mandataria, Dina Boluarte, y la convocatoria de elecciones anticipadas.
La ciudad de Andahuaylas es escenario de protestas y disturbios entre la ciudadanía y las fuerzas del orden desde el pasado 9 de diciembre. Hasta el momento, 37 personas han resultado heridas, entre policías y civiles, precisa La República. También se ha reportado un muerto en la ciudad de Huancabamba, donde previamente un civil y un agente fueron trasladados a un hospital con lesiones a la altura de la cabeza.
En este contexto de insurgencia popular, las organizaciones sociales de Apurímac anunciaron el inicio de un paro indefinido a partir del lunes, 12 de diciembre.
Ante las protestas, el Gobierno Regional de Apurímac ha decretado este domingo la suspensión de las clases en todos los establecimientos educativos hasta nuevo aviso «para proteger la vida y salud» de los estudiantes y ha declarado en alerta amarilla el sector salud de la región con el fin de garantizar la atención médica ininterrumpida.
«Exhorto a mantener la paz social, a la resolución de conflictos mediante el diálogo y respeto del Estado de derecho en el país. Mientras no se avizore soluciones plausibles a la crisis política nacional en que vivimos, el Gobierno Regional oficializará ante la Presidencia de la república y el Congreso de la república la demanda del pueblo apurimeño», aseguró el gobernador Baltazar Lantarón Núñez en el comunicado.
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