Por Wenzel Musset
Ya nada queda del sentimiento de júbilo que se tenía por el gobierno de Luis Abinader y el ascenso al poder del PRM.
Iniciando oficialmente el 16 de agosto del 2020, el cambio que se había prometido por parte del presidente y su partido, se empezaba a notar en pequeñas acciones como el novedoso anuncio de un gabinete presidencial por la plataforma twitter, un enérgico discurso contra la corrupción y del resurgimiento económico, lamentablemente a 2 años de todo esto, como gran parte de las promesas políticas, terminaron en una profunda decepción, de la cual sólo queda un mal sabor de boca y el cansancio por parte de la población.
Un gobierno que prometió dejar atrás las viejas prácticas políticas, pero ya vimos que entre extraditados por narcotráfico, presos por corrupción, vacas sagradas, acosos sexuales y el manejo de la opinión pública a través de la compra de votos y otros métodos, han demostrado ser más y peor de lo mismo.
Un partido que decía respetar la democracia y hoy se suma a la práctica nefasta de coartar el derecho de sus bases (a parte de humillarla) de elegir las autoridades de su partido por un voto universal.
Una sociedad civil que les dio la espalda cansada de las mentiras, siendo una prueba el anuncio de una protesta masiva y conjunta de organizaciones tanto del comercio como de los derechos humanos en más de 14 provincias del Cibao para el lunes 25 de abril del año en curso en busca de que se cumplan las promesas y hastiados de los constantes intentos de privatización voraz para satisfacer el hambre de dinero de los ricos más no así el hambre real de los pobres.
Las supuestas buenas intenciones del presidente, no eran más que una pantomima de campaña, ha fracasado como administrador del país y en su intento de separarse en su moral y accionar al de su partido y funcionarios, no destituyendo a personas de su círculo que deberían ser llamados por la justicia o destituidos y guardando silencio en los atropellos con las bases desde el partido.
En las encuestas que rondan por el Palacio presidencial, en los comentarios de a pie, en los precios de los supermercados, cuando se llena un tanque de gasolina para ir a trabajar y en la constante tensión del pueblo, se puede notar la decepción de todos por Luis Abinader y el PRM, el semblante y las palabras de preocupación del presidente en cada entrevista nos dice que él está más que consciente de esta situación.
wenzelmlorenzo@gmail.com
(El autor es escritor y estudiante de derecho, residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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