A Pleno Sol
En los Estados Unidos la sub-cultura de Los Yuppies floreció en los años 80, pero fue enterrada por la crisis del llamado «Lunes Negro» y la recesión de principios de los 90. En el cibernético mercado del siglo 21 resurge el Yuppie en los Estados Unidos, y saca la cabeza en la República Dominicana.
Los Yuppies, del inglés young urban professional, o joven profesional urbano, de nuevo están a la carga, impulsados por los nietos de los Chicagos Boys, y pensadores de revistas como «National Review», «The Weekly Standard» y «Details», entre otras.
En países sub-desarrollados como la República Dominicana la masiva utilización de la tecnología, la inteligencia artificial y las líneas de producción automatizadas, amplían la brecha de la pobreza y el desplazamiento de mano de obra sin calificación.
Son los necesarios efectos colaterales de la modernidad. La robotización que se va imponiendo en las redes de producción masiva, echan a la calle a obreros que solo sabían hacer un trabajo manual a cuenta gotas.
Es un caso doloroso donde la modernidad se tiene que imponer. No hay respuestas a la mano para los que a corto plazo van a quedar desempleados. La factibilidad de un empleo de calidad la dicta el mercado. Paso a paso el echa días, el chiripero, está colocado contra la pared.
Es necesario que el empresariado y el Estado dominicano tengan una respuesta a esta brecha que se abrirá cada día más. El mercado será el próximo año más selectivo en los empleos que ofrecerá, y la gran mayoría con baja escolaridad solo tendrá a mano el mercado informal. Los Yuppies serán los dueños del empleo de calidad.
Ya en la exigente industria turística para aspirar a mover una aspiradora para limpiar el piso, por lo menos hay que entenderse en dos idiomas y un diploma-técnico bajo el brazo. Con la baja escolaridad nacional, el futuro de los irredentos luce sombrío.
La mensajería en línea ha desplazado a los humildes carteros y personal que entregaba personalmente la correspondencia. Hoy los bancos, y todas las instituciones de servicios, mandan el resumen mensual a través de correos digitales.
El empresariado debe colaborar con el Estado para ir elevando los niveles de subsistencia de los dominicanos que se encuentran en la línea roja de poca escolaridad, que carecen de una profesión o un entrenamiento técnico.
Todo evoluciona, marcha adelante, o retrocede y desaparece. Estamos en la realidad cibernética que abre una brecha irreparable entre los de baja escolaridad y los Yuppies. Que Dios reparta suerte. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es artista periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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