A los nuevos alcaldes les espera un duro trabajo. El mismo día de su juramentación, tienen que lidiar con el coronavirus. Son los jefes de sus municipios y su responsabilidad será total. Muchos no tendrán experiencias para esta pesada carga.
La mayoría de los gobiernos municipales caminan en la muleta del Estado, sean del oficialismo o de la oposición, dependen del gobierno para poder adelantar sus planes de desarrollo. Con el coronavirus su grado de independencia será relativo.
Hay una comisión oficial que se encarga de lidiar con todo lo de la pandemia. Desde el ángulo social hasta el científico. Los alcaldes tendrán que pelear su grado de responsabilidad, y sobre todo comprender que el momento es de unificación y consenso, y no pleitos partidistas.
Salvo las grandes alcaldías, en la mayoría de los pueblos el gobernador tiene más poder que los síndicos, por ser el representante director del Presidente de la República. Los senadores, cuando son oficialistas, le doblan el pulso a los síndicos en comunidades pequeñas.
Ahora tanto el gobierno como los alcaldes deben comprender que se tienen que unir para hacer frente al problema. Sin el apoyo de las autoridades locales, la ayuda que va desde Santo Domingo no sería bien implementada, y los hombres fuertes de los pueblos con sus recursos poco podrían caminar.
La primera medida de los alcaldes debe ser cooperar con las autoridades para cercar o aislar a sus pueblos, como forma de evitar la entrada masiva de afectados de coronavirus. Si las autoridades lo aprueban, de esos municipios nadie podría entrar ni salir.
Aquí en el Distrito Nacional somos partidarios de que la capital se aísle, y no se permita ni la entrada ni la salida de personas, salvo el personal y los vehículos que ya fueron autorizados para transitar y dar servicios en el inicio de la cuarentena.
Todos los municipios de la provincia de Santo Domingo también deben ser sometidos a un cerco técnico donde nadie entre ni salga. Es la mejor acción que se puede tomar, sin caer en el peligroso toque de queda de 24 horas.
Asimismo damos nuestro total respaldo a la medida de que se detendrá a toda persona que no esté protegido por guantes y mascarillas. Pero algo importante, hay que facilitarlos gratis a los necesitados, y que estén disponibles en farmacias y supermercados para la venta.
Saludamos a las nuevas autoridades que se van a juramentar sin fiestas. Que preparen la espumosa para cuando pase la crisis, y ellos revisen a ver cuál fue su papel en salvar vidas. Todos tenemos que sacrificarnos y cooperar, para que podamos vivir. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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