Aunque todos sabemos, lo «que es» un fantasma, es justo aclarar que esta palabra viene del griego y se escribe, más o menos, «Pataoya» y significa aparición.
Si algo ha llamado mi curiosidad últimamente es ver como a todos los niños, incluidos los que fuimos, les llaman tanto la atención tres cosas; Los piratas, los dinosaurios…y las brujas… ¡todos villanos y depredadores!.
No se acaba de asentar la conciencia y ya nos atrae el morbo de la malicia. Disfrutamos la libertad de los piratas, la voracidad de los saurios y la magia de los hechizos.
Pero de estos tres fascinantes personajes al que más terror le tenemos es al que pueda llegar por las noches y halarnos los pies…
Las brujas, cuentan con los aliados más grotescos e inquietantes incluyendo a los famosos fantasmas.
Nos aterra la oscuridad de la habitación en donde suelen «aparecer» estos desquiciantes personajes, pero, a todo esto ¿qué es un fantasma? Se dice que es «eso» que todos llevamos dentro y que llamamos «alma».
Ósea, que todos estamos «segurísimos» que además de «nosotros» hay «otro» que «seguirá vivo» cuando «uno», es decir, usted y yo «moramos»…
El lio se acrecienta cuando le agregamos un tercero al que llamamos «espíritu». En otras palabras, ya somos tres, usted, el alma y el espíritu.
Para no confundirnos más, es mejor que «defina» ¿qué es el alma y que es el espíritu? Alma, es lo que «cubre» al espíritu, le da individualidad y humanidad. Espíritu, es la «chispa divina», inmortal y eterna que todos llevamos «dentro»… ¿entendió?.
Por si no, aquí vuelvo a explayarme. Según estas definiciones el alma es el cuerpo que sostiene al espíritu. Es decir, que dentro de su cuerpo material usted tiene otro cuerpo que guarda una magia que es suya pero que está «ahí» para salirse cuando usted guinde los tenis…
Ese fantasma divino, que no es usted, pero si, saldrá volando por toda su casa y de paso por las de los vecinos, ocasionando un caos que a nadie le parecerá divino y sí muy terrorífico, especialmente a los pobres niños que tanto los adoran…
Pobres fantasmas, seguro andarán asustados al salir y encontrarse con toda esta gente que «no conoce» a pesar de salirse de un cuerpo «que si las conocía» … ¿nos verán como fantasmas o lo seremos en verdad?.
Ahora que lo pienso bien si, lo somos, ya que el alma sostiene al espíritu que es una «chispa divina» que se «revelará» y dirá a «nuestra conciencia» ¡oye tú impostor! …púdrete.
Dejándonos tirados en cualquier calle y saliendo volando hacia la eternidad de quien sabe dónde…
En la ciencia del espiritismo existe una palabra, «tula», la cual indica que nuestra mente es capaz de crear una visión si la piensa constantemente.
Los esquizofrénicos son muy hábiles en estos asuntos.
¿Cómo compararíamos a la conciencia con el espíritu? Podríamos decir que la conciencia eres tú juzgándote de que está bien o mal. Y el espíritu no es más que una definición «utópica» de las creencias creadas por esa misma conciencia en su infinita confusión de no tener certeza de nada…
Tratar de encontrar las respuestas de este fantasmal mundo es una tarea de dinosaurios, piratas y brujas. Nadie puede afirmar que «lo visto» es una realidad o una ficción, pero si algo hay de cierto en todo esto es que «algo hay».
¿Almas, espíritus, fantasmas, gente?… ¿usted o yo? ¿un niño que sueña y luego de adulto crea otro universo?.
La noche está muy oscura y callada. La soledad me acompaña en esta casa inmensa pegada al cementerio.
Desde mi ventana alcanzo a ver las tumbas olvidadas de tantos «ex – vivos».
Una sombra vuela lentamente posándose en el techo de mi habitación. Nos miramos fijamente, nos gestamos iguales y le alcanzo a preguntar ¿quién eres? Mínimo caminero me responde … ! ah, me asustaste buey, salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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