Por Roberto Sánchez
«Cuando corre riesgo la vida de la persona, el estado de gestación es producto de violación o incesto, y si el embarazo no es viable».
Actualmente se libra un debate en la sociedad dominicana que no es nuevo, sobre la necesidad de que se apruebe por ley el derecho que tiene cada mujer a decidir con su cuerpo lo que entienda más conveniente, tanto para su salud, su estado emocional y su vida. Las tres causales son situaciones muy puntuales que en una sociedad de derecho estuvieran garantizadas y aprobadas por el congreso, como sucedió en Argentina y otros países.
Sin embargo, en una Sociedad que ha sido históricamente negadora de derechos fundamentales para importantes sectores, no es casual que esto no haya sucedido, con el agravante no menos inusual de la activa participación de la iglesia y de sectores altamente conservadores de nuestra Sociedad. En los últimos 30 años miles de mujeres, adolescentes y niñas fundamentalmente de los sectores marginados han fallecido por que se le ha negado este servicio de salud.
Lo de la iglesia no nos debe sorprender, pues en muy raras ocasiones; ha asumido una actitud de defensa militante de los derechos fundamentales y siempre ha estado del lado de los sectores de poder de los cuales se beneficia grandemente.
Las tres Causales, son muy puntuales y no dejan ninguna interpretación con lo que seria el aborto puro y simple, «cuando corre riesgo la vida de la persona, el estado de gestación es producto de violación o incesto, y si el embarazo no es viable.» Como se puede apreciar las tres causales son puntuales nada contradictorio con la ley ni con la vida.
¿Hay que preguntarse si pensarían igual aquellos que se oponen incluyendo legisladores si una de sus hijas fuera violada y por esa circunstancia quedara embarazada? No se cual seria la reacción de algunos, pero si estoy seguro de que no fueran tan militantes en defender una realidad indefendible, mucho por hacerse el gracioso y pretender explotar los sentimientos religiosos de este pueblo a futuro.
La iglesia no puede pretender imponer su agenda a la sociedad; por encima de una realidad social que día a día nos golpea. La mujer dominicana tiene derecho a decir, cómo, con quién y bajo qué circunstancia desea tener un hijo, que será su acompañante para toda la vida.
Sería interesante ver a los diputados que hoy se oponen a que se aprueben las tres causales siendo tan militante cuando se trata de defender el patrimonio público, oponerse a las exoneraciones, al barrito y al cofrecito y las prebendas que reciben todos los años.
Por primera vez, démosle a la mujer dominicana la reivindicación histórica que merecen, dejemos atrás los dogmas y las creencias que en el fondo son pura hipocresía…Si no es así; Analicemos la historia reciente con los curas pedestres y los funcionarios corruptos.
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