A Pleno Sol
Hay un colapso galopante en la escuela dominicana. Toca trabajar para salvarla. Hay fracaso de los profesores, del sistema, y del hogar, Todas las variantes tienen que ser mejoradas de inmediato.
No es la primera vez que profesores son acusados de sonsacar a las estudiantes, y varios han sido sometidos por abusos físicos y hasta ocasionar la muerte de sus alumnos. No es con simples reprimendas que se va a corregir la situación.
El sistema esta carcomido y hay que amputar a los miembros enfermos. El maestro ha perdido el don de enseñar, solo se para ante un pizarrón para impartir 55 minutos de la materia, y le da la espalda a los problemas.
Es difícil volver a la época en que el profesor era el hombre o la mujer a seguir. Ejemplos en el aula y también en su comunidad. Hoy a la mayoría de los maestros únicamente les interesa su salario. Lo demás es letra muerta.
Por recursos no hay excusas. Hoy sobran los cuartos en el sistema educativo. Inclusive hay años en que ese cuatro por cinto no llega a gastarse en su totalidad.
El maestro tiene ahora un salario histórico, y otras condiciones de trabajo favorables. Es tal el buen equilibrio económico de los educadores, que graduados en otras disciplinas, prefieren estudiar magisterio.
Todo indica que se está botando y desperdiciando el dinero. Cuando los estudiantes están torcidos al primero que hay que revisar es al profesor. Ahora mismo la docencia está de capa caída y se hace necesario reforzarla.
Hay que pensar en la baja profesoral. Primero chequear constantemente la conducta de los educadores, que en cada escuela haya un consejero sicológico que trate con los estudiantes, y éstos puedan externar cualquier queja que tengan.
El profesor tiene que auto-evaluarse, ya que el sistema no lo hace, y determinar las materias que tiene que reforzar. Su compromiso no debe ser con un salario de lujo, sino en la preparación de sus alumnos.
No vamos a pedir el establecimiento de la escuela hostosiana. Esta cumplió su cometido, y el sistema dominicano lo desaprovechó. Ahora hay que impartir una docencia siglo 21 con inconvenientes y deformaciones.
Lo que se debe mantener en las aulas es la enseñanza de la moral y cívica para formar futuros hombres y mujeres con base sólida para integrarse en el futuro a los afanes diario.
La escuela es la encargada de preparar a las nuevas generaciones, y está fallando. La docencia pública deja lagunas y violencia que no se dan en los colegios. Cuando falla la escuela, se deja el camino a las élites sociales que tienen buenos colegios, buenos profesores y controlan los actos de violencia.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).