A Pleno Sol
Hay una crisis de salud que se está desbordando. Es desesperanzador el rechazo de los médicos a recibir el seguro privado, la posición vacilante del ministerio de Salud Pública, y los pacientes careciendo de las debidas atenciones.
El tema salud se ha convertido en un lucrativo negocio para todos los sectores, tirando a un lado a los enfermos, que son los que más deben importar. Las largas luchas gremiales, tornan insatisfactoria la asistencia de los médicos, sea a nivel privado o en la consulta pública.
Lo trágico de este drama es que los dos tienen una parte de la razón, por eso se tiene que dar el diálogo y buscar soluciones que sean negociadas. Hay que dejar las fórmulas tremendistas, de científicos metidos a gremialistas de banderolas en ristre.
Del otro lado están los seguros privados, que en su gran mayoría son simples negocios para sacar beneficios, jugando con las coberturas y las facilidades que ofrecen a sus afiliados. Cierto que la cuota que pagan a los médicos es reducida, pero no se olvide que éstos cobrar un por ciento en efectivo a las personas que atienden.
Como pasa en los países con poca institucionalidad, parece que este problema de la crisis de salud en el sistema privado, debido al rechazo de los seguros, solo tendrá soluciones con una intervención directa del presidente de la República.
Ya ha demostrado el ministerio de Salud y los colaterales que no tienen capacidad ni fuerzas para poder organizar el sistema. El Colegio Médico debe llamarle la atención a sus directivos, para que abandonen una senda que los convierte en odiosos para la comunidad.
En el sector público, hay que seguir mejorando la asistencia médica. En hospitales remodelados recientemente ya hay inconvenientes para ofrecer, una buena asistencia. Hay que integrar las clínicas rurales al sistema, y los dispensarios médicos barriales.
Pero la atormentadora burocracia oficial tiene que dejar a un lado su pasividad y su poco don de mando. Sin importar consecuencias, hay que garantizar que no se deje morir a una paciente por ausencia de asistencia.
Es tiempo de hacer un llamado, a la sensatez, al diálogo, al Colegio Médico Dominicano y al gabinete de salud. Los dominicanos reciben una pésima asistencia sanitaria y eso tiene que cambiar. Culpa es por igual del sector privado y del oficial. Todo indica que el paciente es una simple mercancía, donde lo que menos importa es su bienestar. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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