A Pleno Sol
La reforma fiscal tiene que ser parada. Su implementación aumentará los precios en productos básicos y en los servicios. Sería colocar un lazo al cuello del ciudadano.
Todos los dominicanos serán afectados con la reforma fiscal. Todos pagan impuestos, anquen no se den cuenta. Sin ningún control en el costo de la vida, será una bofetada que se implementen aumentos e impuestos, y se cobre mas por los servicios.
Además el pueblo no cree que las cargas impositivas le vayan a llevar a un desarrollo personal o colectivo. Primero se tendrían que mejorar los niveles de vida, antes de que lleguen los reajustes.
Puede haber valoraciones de asesores reputados, pero el gobierno debe saber que en todas las capas sociales encontrará un fuerte rechazó a la aplicación de nuevas cargas impositivas.
El ITEBIS ya tiene niveles topes en los productos de primera necesidad y el reordenamiento de los servicios, por lo que pensar en aumentarlos, es provocar que haya protestas masivas. El gobierno puede subsistir sin caer en la reforma fiscal.
El presidente Luis Abinader ha demostrado que es un estadista de crisis. Sacó al país adelante cuando le tocó gobernar prácticamente en uno de los momentos topes de la epidemia de Covid. Ahora hay una crisis que se manifiesta en susurros, pero que va ganando terreno.
Cualquier intento de reforma impositiva se debe hacer luego de los primeros cien días. Si desde el gobierno se reclama una tregua de cien días, no es el momento de romperla llamando a la aplicación de más impuestos.
Los reajustes económicos siempre son impopulares, y los gobiernos tienen que poner en la balanza si pueden capear el temporal que podría llegar luego de que la eliminación de subsidios llegue a su final.
Este es también un punto importante. Una reforma fiscal obliga a la eliminación de subsidios, o sea que todos los servicios se regirán por la ley de la oferta y la demanda, y su valor real.
En verdad los subsidios son necesarios, es una forma de mantener controlado el pago excesivo por el agua, la energía eléctrica, la educación, la asistencia médica y otros.
La gasolina y los derivados del petróleo, están subvencionados, también se benefician a los choferes, la agroindustria y la industria de la construcción.
La República Dominicana es un país en crisis, una reforma fiscal y la eliminación de subsidios nos pondría al borde de las pobladas, y las protestas. Es hora de actuar con tacto, con moderación, para qué la democracia siga en paz.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).