A Pleno Sol
Las Naciones Unidas no tienen salidas para la crisis política, social y económica de Haití. Sus manos están atadas por sus fracasos anteriores en los problemas haitianos. Su Fuerza de Paz no logró ningún objetivo de importancia, y dejó un país totalmente devastado.
El secretario general de la UNU, António Guterrez lo sabe bien. Busca solidaridad en países de América Latina, como la República Dominicana, o en foros que carecen de fuerza independiente como la Comunidad del Caribe, CARICOM.
Guterrez viajó a Haití para ver sobre el terreno el caos actual, donde mandan las pandillas, no hay gobierno, no hay institucionalidad, y la mayor parte de la población quiere escapar hacia la República Dominicana, o tomar el mar para alcanzar a los Estados Unidos y Canadá.
Es totalmente inaceptable que en la correlación de fuerzas del mundo de ahora, se pueda formar un grupo interventor de los Cascos Azules. La guerra de Ucrania hace imposible llegar a acuerdos negociados con los miembros del Consejo de Seguridad, que tienen el derecho al veto.
Sin el apoyo de Rusia y China es totalmente imposible que se produzca una excursión de los Cascos Azules. Solo queda un camino a la vista, que esa acción militar sea ejecutada por Canadá, Francia o los Estados Unidos.
Con la lejana Europa planteando rompimientos que podrían llevar a una Tercera Guerra Mundial, los norteamericanos y sus aliados no se van a envolver en una intervención militar por un país neo-nato, donde en las ecuaciones tienen todas las de perder.
Además fueron las grandes potencias, y las Naciones Unidas, los que eliminaron al ejército y la policía haitianos, lo que ha dado pie a esta guerra de pandillas, lideradas por antiguos integrantes de los organismos de seguridad.-
Ante este fino juego de política internacional la República Dominicana se tiene que mantener firme. Las grandes potencias y las Naciones Unidas consideran que desde nuestro territorio se puede entrenar una fuerza invasora y servir de acopio para la distribución de ayuda social.
El pueblo dominicana rechaza esa fórmula para terminar con la crisis haitiana. No es nuestro problema ni tenemos que involucrarnos en él. Si tenemos que ejercer el derecho a la deportación masiva de los ilegales que están en el territorio nacional.
Que prevalezca el derecho a la soberanía y la auto determinación de los pueblos. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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