El Consejo de Seguridad permanece dividido en cuanto a Venezuela. La ONU llamó nuevamente a reanudar las negociaciones políticas.
Redacción (ONU-PRESS).- “Seguimos convencidos de que la negociación entre los principales actores políticos de Venezuela es la única vía para salir de la actual crisis. De cara a la pandemia de COVID-19, es más urgente que nunca un acuerdo que fortalezca la gobernanza democrática con respeto de los derechos humanos y del estado de derecho”, dijo este miércoles la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos y de Mantenimiento de la Paz.
Rosemary Dicarlo se dirigió a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU en una reunión virtual solicitada por Rusia para discutir el intento de incursión armada del 3 y 4 de mayo en las costas venezolanas, llamada “Operación Gedeón” y atribuida por el Gobierno de Venezuela a Colombia y Estados Unidos.
La responsable de asuntos políticos afirmó que Venezuela se halla en una crisis de larga data que sólo los venezolanos pueden resolver y, tras instar a todos los actores políticos relevantes a restablecer las negociaciones, urgió a todos los Estados miembros a apoyar esta exhortación.
Dicarlo se refirió a la carta del Gobierno de Venezuela al Consejo de Seguridad en que denunció que “grupos armados de mercenarios y terroristas organizados, entrenados, financiados y protegidos por los Gobierno de Colombia y Estados Unidos” habían entrado ilegalmente al territorio venezolano con la intención de cometer actos criminales y asesinatos selectivos, incluido el del presidente Nicolás Maduro.
Recordó que el 4 de mayo el Secretario General se pronunció contra cualquier escalada en Venezuela y reiteró que la forma de resolver la crisis es “el diálogo político y el respeto de los derechos humanos”, una posición que la ONU mantiene.
La alta funcionaria insistió en que la ausencia de negociaciones es particularmente preocupante en el contexto de la pandemia de COVID-19 y su impacto potencial en Venezuela.
Acogió con beneplácito la invitación del Gobierno venezolano a un acuerdo humanitario para la salud y la paz entre todos los líderes políticos, aunque agregó que es inquietante la politización de la ayuda humanitaria al país, sobre todo en medio de la pandemia, recalcando que la asistencia que provee la ONU sigue los principios de independencia, neutralidad e imparcialidad.
En su alocución, Dicarlo mencionó el llamamiento del Secretario General en el marco de la reunión del G20 de marzo pasado a eliminar las sanciones que podrían socavar la capacidad de los países para responder a la emergencia, una petición a la cual se sumó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
Sostuvo que el sistema de la ONU “continuará fortaleciendo sus trabajos de derechos humanos y humanitarios en Venezuela y seguirá asistiendo a los refugiados y migrantes venezolanos fuera del país”, apuntando que 5,1 millones de personas han salido de Venezuela.
A este respecto, Dicarlo urgió a la comunidad internacional a dar un apoyo generoso al plan de respuesta para los venezolanos, toda vez que sólo ha recibido hasta el momento el 4% de los fondos solicitados. El 26 de mayo se celebrará una conferencia de donantes para tal propósito.
Rusia: Es un acto de agresión que debe ser condenado
La sesión del Consejo de Seguridad mostró una vez más la división de sus integrantes cuando se trata de Venezuela.
El embajador alterno de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, responsabilizó a Estado Unidos del intento de incursión y dijo que las armas confiscadas por el Ejército venezolano a los agresores tenían la intención de que “fueran usadas para desencadenar el caos y dañar infraestructura crítica, al igual que las instituciones del Estado”.
“Este es un acto de agresión y debe ser condenado”, puntualizó el diplomático, recordando que el Gobierno de Venezuela ha advertido muchas veces de la preparación de ataques armados y del entrenamiento de grupos paramilitares en países vecinos.
Recordó que Estados Unidos “tiene una historia de trato a los países latinoamericanos como su patio trasero”. “Hoy, Venezuela está en el menú”, señaló el representante ruso.
Informó que presentaría al Consejo un borrador para una declaración de prensa rechazando cualquier amenaza o uso de la fuerza, como lo estipula la Carta de las Naciones Unidas. El texto también condena el uso de mercenarios y pugna por una solución dialogada entre todos los venezolanos en el marco de su Constitución.
Acusaciones fantasiosas contra Estados Unidos
La representante de Estados Unidos, por su parte, negó cualquier participación de su país en los hechos del 3 y 4 de mayo en Venezuela y aseveró que la reunión de hoy era una pérdida de tiempo.
Kelly Knight Craft dijo que la carta del Gobierno de Venezuela al Consejo es “una larga compilación de acusaciones fantasiosas indemostrables y falsas”, y lamentó que por segunda ocasión en el mes, Rusia consintiera “el hábito recurrente del régimen de culpar a otros de sus lamentables decisiones”.
Enfatizó que Estados Unidos no cooperará con esos intentos de eludir responsabilidades.
Acusó al Gobierno venezolano de atropellos a los derechos humanos y de intentar de distraer la atención con este supuesto intento de golpe de Estado.
“Estados Unidos no entró a Venezuela y rechaza categóricamente cualquier afirmación de lo contrario”, puntualizó la embajadora, añadiendo que los únicos países que interfieren en Venezuela son Cuba y Rusia.
Venezuela no está en venta
En la sesión del Consejo participó también el embajador venezolano ante la ONU, quien afirmó que Colombia y Estados Unidos estuvieron detrás de la agresión.
Indicó que hasta el momento, los Gobiernos de ambos países se niegan a cualquier tipo de asistencia a las autoridades venezolanas para establecer los hechos y evitar la impunidad.
“Como resultado, esos Gobiernos violan sus obligaciones en virtud de los tratados bilaterales existentes sobre asistencia judicial recíproca en materia penal”, apuntó Samuel Moncada.
Denunció que Estados Unidos sigue proporcionando “un paraíso seguro a las personas que descaradamente afirmaron ser los líderes de la última incursión armada contra Venezuela”.
Expuso también que el Gobierno estadounidense ha admitido abiertamente que presiona a las empresas para que dejen de administrar gasolina a Venezuela, generando una escasez que, en el marco de la pandemia, podría constituir un crimen de lesa humanidad, como lo es el bloqueo impuesto la nación sudamericana.
“El Gobierno de Estados Unidos y sus aliados están creando un espacio sin ley en las relaciones internacionales”, señaló.
Para terminar, Moncada sostuvo que su país no representa una amenaza para nadie y que tampoco está en venta ni será nunca una colonia.
Colombia niega participación
En su turno al micrófono, Colombia, último orador de la tarde, negó cualquier participación de su país en el intento de incursión al territorio venezolano y aseguró que, al contrario, es una nación hermana a cuyos ciudadanos respeta y brinda ayuda.
El representante colombiano ante la ONU, Guillermo Fernández de Soto, dijo que Venezuela sufre “una crisis multidimensional con la mitad de su población en la pobreza”, producto de un Estado fallido.
Asimismo, acusó al Gobierno venezolano de no haber hecho caso a las distintas iniciativas para una solución pacífica y negociada, como las presentadas por el Grupo de Lima o la Unión Europea.
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