A Pleno Sol
El proletario se quedó dormido, y la clase media acudió a votar. Se rompió el parámetro tradicional. Antes, los barrios se volcaban a las urnas, mientras que los representantes de la clase media se iban a los balnearios a vacacionar.
Luis Abinader contó con la posición militante de esos primeros votantes de los sectores pudientes, y los jóvenes que se manejan en redes sociales. Los hijos de machepa se fueron a los supermercados a comprar con la tarjeta solidaridad.
Esto significa un cambio importante dentro de la estructura política dominicana. Los nuevos votantes y los jóvenes, los menores de 35 años, toman el control. Se sale de los políticos profesionales para ir al sostén de los tecnócratas, y los empresarios de la nueva generación.
El principal cambio es que una nueva estructura entra al redondel con caras frescas. No triunfaron los viejos robles, sino los popis, los tradicionalmente indiferentes, que ahora se les ocurrió ir a votar.
En medio del corona-virus Abinader se levantó sobre el 50 por ciento más un voto y gano. Pero se desplomaron Gonzalo y Leonel. El Partido de la Liberación Dominicana entra ahora en terreno movedizo y es inevitable que se produzca una gran purna interna. Tienen sus dirigentes que prepararse para el reflujo.
Abinader gano con su discurso y sus planteamientos sobre lo que cree debe ser el futuro dominicano. Ahora nadie le puede fijar posiciones. Hay que darle los cien días, para que comience a desarrollar su programa de gobierno.
Ahora, desde este momento debe comenzar a trabajar por las prioridades de su futuro gobierno: El coronavirus y el desempleo. Abinader va a encontrar en un país en medio de la pandemia. Se espera que en este mes se comiencen a reportar los afectados por la socialización de la campaña electoral.
Hay que redoblar los programas sanitarios, y lo ideal es que desde este momentos Abinader designe una comisión de salud, encabeza por el que sería su eventual ministro sanitario, para que comience a trabajar conjuntamente con el gobierno para hacer frente a esta crisis sanitaria.
Y luego está el terremoto económico, pero fundamentalmente un millón de desempleados. Hay que iniciar un programa de pleno empleo para que esas personas desocupadas por los cierres de la pandemia, encuentran donde ganarse su comida diaria. Hay que tener desde ahora un programa para enfrentar las dos principales crisis del país: el desempleo y la pandemia. ¡Ay!, se me acabo la tinta.
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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