La sociedad dominicana ha sido impactada los últimos años por la modalidad de asesinatos que han ocurrido en varias comunidades del país teniendo como puntos espeluznantes el empleo de métodos criminales al estilo bajo mundo, como secuestrar, torturar y matar de manera salvaje a las personas para después arrojar los cuerpos en fosas en apartados lugares, enterrarlos descuartizados en sacos y maletas, incinerarlos dentro de los vehículos, tirarlos a un río o el mar atados de las manos y bloques de cemento.
Se ha determinado por declaraciones de los familiares de las víctimas que en las mayorías de esos casos los responsables son personas de confianza de las víctimas, como amigos, compadres, cuñados, tíos, hijos, sobrinos y otros parentescos.
Bastaría con examinar de forma aleatoria los registros periodísticos para seleccionar algunos crímenes que han generado consternación y preocupación en razón de los sujetos involucrados y la forma de despojar vidas a gentes que les han prodigado confianza absoluta, abriendo de par en par su corazón y permitiéndoles entrar a sus casas sin ninguna condición.
Veamos algunas eventualidades. Está el caso del hacendado Eduardo Generoso Pérez y su esposa Maribel del Carmen Acosta, hallados sin vida durante un hecho cometido en fecha 30 de abril de 2023 en el distrito municipal Estero Hondo, municipio de Villa Isabela, provincia Puerto Plata. Ambos fueron asesinados e incinerados por empleados del granjero luego que la víctima los amenazara con denunciarlos ante la justicia por robarle animales de su propiedad para venderlos, según las investigaciones del Ministerio Público.
El 2 de octubre de 2022, se reportó el asesinato de tres personas en Villa Isabela, en esa provincia, un crimen atribuido a un hombre de nacionalidad haitiana. Los fallecidos eran el hacendado Juan José Soto Corniell, el empleado Gilberto Antonio Basilio y la arquitecta Maritza Arelis Ovalle Ureña. El extranjero trabajaba en la finca de Soto Corniell.
Otro caso fue el del empresario Fausto Tejada Reyes, cuyo cuerpo fue hallado descuartizado en el interior de una maleta enterrada en el patio de una casa ubicada en la comunidad de Bayacanes, provincia La Vega. Estaba desaparecido tras salir a compartir con su amigo de extrema confianza Edwin Alberto Holguin Robles (Pikete), quien es acusado de esa muerte.
Esas acciones hacen recordar el asesinado del niño José Rafael Llenas Aybar, un horrible homicidio acontecido el 4 de mayo de 1996. El jovencito se extravió y posteriormente fue encontrado muerto con 34 puñaladas y lo tiraron en el arroyo Lebrón, en el kilómetro 24 de la autopista Duarte. El hecho alcanzó notoriedad pública debido al método utilizado para quitarle la vida y porque uno de los responsables del crimen era su primo, que lo invitó a una exhibición de motores en un supermercado e incluso tuvo el descaro unirse a la búsqueda del menor.
Se recuerda que el 8 de noviembre de 2018, un tribunal sentenció a Marlotan Martínez a 30 años de prisión por el asesinato de Emely Peguero, una adolescente de 16 años que estaba embarazada de cinco meses, cuya muerte causó conmoción cuando desapareció el 27 de agosto de 2017. Nueve días más tarde encontraron su cuerpo con señales de haber sido sometida a un aborto, probablemente forzado, y ruptura craneal. Estaba descuartizado en una maleta.
Ese asesinato puso el foco sobre el terrible número de feminicidios que estaban ocurriendo, un fenómeno que ha ido aumentando cada momento. Llamó la atención que el verdugo acompañó a los familiares de la víctima en la búsqueda por numerosos sitios de su comunidad.
El 7 de febrero de 2023, las autoridades reportaron el hallazgo en un pozo séptico de los cuerpos sin vida de la pareja de esposos Luis Miguel Jáquez Rodríguez y Elizabeth Almarante Pacheco, que habían sido reportados como extraviados en La Guáyiga de Pedro Brand. Fueron localizados en el barrio Villa Progreso de Los Alcarrizos, municipio Santo Domingo Oeste, Ambos fueron raptados en enero de este año. Por ese asesinato hay varias personas involucradas pendientes de un juicio penal.
En otras circunstancias, varias personas declaradas como extraviadas, entre estas algunos taxistas, estudiantes y prestamistas, han sido encontrados muertas y en avanzado estado de descomposición, en solares baldíos, fosas, casas abandonadas y en el interior de vehículos.
Inquieta mucho ver que en esos hechos participan individuos que son conocidos de los afectados, que luego los traicionan. Un ejemplo reciente es el caso del niño Luis Feliz Camilo, de 9 años, a causa de disparos de delincuentes que interceptaron a la familia para atracarlos en una avenida de la ciudad de Santiago, tras regresar desde Estados Unidos junto a su padre. Se determinó que el asalto fue coordinado por un amigo del padre, padrino del menor.
Por último, añadimos a este registro los feminicidios cometidos por ex parejas; las muertes de hijos a sus padres en medio de reclamos de reparto de herencias; los nietos y sobrinos asesinando a sus abuelos o tíos cuando les niegan dinero para alimentar los vicios de narcóticos; sujetos que embriagados de celos o endemoniados matan a su mujer, a los hijos, cuñados y a los suegros; el padrastro que viola a los hijastros y después los mata, como es el caso de Víctor Alexander Portorreal Mendoza (Chaman Chacra), quien fue encontrado culpable de asesinar a su esposa y las hijas e hijo de ésta, durante un hecho ocurrido en el mes de febrero del año 2018; y aquella red de individuos que en San Pedro de Macorís interceptaban a los choferes para despojarlos de los camiones, los asesinaban y los arrojaban en el interior de un pozo.
Son conductas depravadas que crecen en mentes malévolas malvadas, descarriadas y perversas, al extremo de degradar la confianza y la amistad que les conceden. ¡Qué horror!
mvolquez@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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