El coronavirus puede llevar a que se dé un reflujo político con miras a las elecciones congresuales y municipales. Los líderes partidistas consideran que todo sigue igual y que ya tienen su posicionamiento seguro.
No es así, con semanas sin realizar propaganda electoral, sin visitar los pueblos, sin contacto directo con las masas, todos juegan al peligro. Tendrán el gran seguimiento de sus fieles e incondicionales, pero la masa silente está en el limbo.
La gran mayoría de los dominicanos son apartidistas. Se manifiestan el día de las votaciones, por el candidato de sus simpatías, y luego retornan a su diario vivir. Ahora mismo esa amorfa masa solo está pensando en sobrevivir.
Cuando se fije la fecha de las elecciones, los dirigentes partidistas deberán conocer a fondo cuál es el sentimiento popular. Hay nuevas expectativas, y no estar claro en torno a ellas sería una situación infantil.
Lo primero es partir de la realidad económica. Está totalmente paralizada la industria del turismo, que es la espina dorsal de la economía de hoy. Los servicios no funcionan desde los primeros días del pasado mes. Los cálculos del ministerio de Trabajo es que se ha notificado más de medio millón de cesanteados.
Valga decir que la prioridad de ese medo millón cuando se vaya a votar es conseguir un trabajo, o volver a encajar en el anterior. Medio millón que no trabaja en el gobierno y que hasta hace un mes pensaba tenía su diario existir asegurado.
Hay que determinar hacia quién se inclinará a votar esa silenciosa clase media que de tener ciertas seguridades de repente tiene temor al futuro personal. No es lo mismo, sin cargas ideológicas encima, pensar en el futuro colectivo, cuando usted tiene la soga en el cuello.
Sin una prédica política a diaria, y con la amenaza de que no se prendan los fogones por un tiempo, el reflujo partidista es posible. Esto significa que una parte significativa de la población dejará de ir a las mesas de votaciones.
Cuando se celebren las venideras elecciones todavía habrá secuelas del coronavirus. Después que sea controlado, viene la etapa del retorno muy lento a la normalidad, para evitar las reinversiones. En ese panorama, nadie está seguro.
Es más, ahora mismo ni siquiera hay condiciones para realizar una encuesta sobre las candidaturas presidenciales. Se faltaría a la objetividad, si se busca determinar posicionamiento de candidatos, cuando la muerte nos persigue a todo galope.
Para los chiriperos y buhoneros, la mayoría tendrá que comenzar de cero. Viven al día a día, pero han abandonado plazas que ahora deben cultivar de nuevo, y no se sabe cómo estará el movimiento económico para el día de las votaciones.
En política el accionar lo marcan las coyunturas, las circunstancias. Ortega y Gasset decía que el hombre era él y sus circunstancias. La profunda crisis económica que ahora mismo abraza a los dominicanos, será gravitante en las votaciones. La mayoría silente, será más conservadora que nunca. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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