Por Sergio Terrero Bello
Estimados colegas, nuestro insumo de trabajo como antropólogo, es la cultura. Pero si entendemos que es en la cultura donde podemos encontrar las leyes que rigen el pensamiento y el comportamiento, entonces nosotros como los hacedores de la antropología, frente a ella, tenemos una gran responsabilidad y compromiso ético frente a la sociedad de hoy, para poder abordar la realidad que nos trajo una nueva normalidad a nivel global.
Para nosotros poder aportar desde la antropología, nuestros puntos de vista en la construcción de una propuesta, que se integre con otros saberes de las ciencias sociales, como valor agregado al quehacer biomédico, que pueda hacer frente a la pandemia del COVID-19, que está haciendo grandes estragos agigantados, superando el quehacer clínico de la medicina occidental, y que, como resultado, ha puesto en jaque mate a este modelo.
En el imaginario colectivo de los que ejercen la práctica médica de este sistema como modelo, conciben la salud y la enfermedad como un problema meramente biomédico e individual. Este modelo se centra en la enfermedad y no en el enfermo como ente social perteneciente a una cultura específica, o sea, que, para este sistema, lo que existe es la enfermedad y no el enfermo.
No se puede olvidar que la práctica médica occidental (sistema biomédico) como sistema cultural, es también un campo de disputa ideológica, en la que predomina el pensamiento de las grandes corporaciones que controlan el mercado de los medicamentos, teniendo para ello como aliado principal para legitimar a la salud como una mercancía, al modelo biomédico que contrasta con el modelo de la medicina centrada en el individuo y la comunidad y no en el mercado.
Si bien nuestro modelo económico dominante es el capitalismo, y este como planteó Carlos Marx, «convierte en mercancía todo lo que toca», entonces nos cabe preguntarnos como profesionales de la antropología, y de las demás ciencias sociales ¿qué podemos hacer nosotros frente al problema actual de la salud y la enfermedad que enfrenta en la actualidad a una gran mayoría de la población mundial, especialmente a los grandes centros poblacionales carentes de los recursos necesarios, para defenderse de esta pandemia?.
Pensando en esta realidad global, ¿cómo debemos nosotros actuar a nivel local para aportar en la solución o mitigación de los estragos que el COVID 19, está generando en los que Eduardo Galeano llamó «Los hijos de nadie»?
Sabemos por conocimiento y experiencia, que nuestro sistema médico, es una construcción mal terminada del modelo biomédico occidental, que carece de un plan estratégico y por ende de planificación y objetivo bien establecido, reflejo fiel del modelo que somos como sociedad, apoyado en un modelo económico de servicio a los intereses del gran capital corporativo y nacional. Esto no es una casualidad, esto es una causalidad, porque es lo que necesita el sistema para auto reproducirse y reinventarse como sistema satelital de otros planetas (centro económico global) que controlan el capital financiero mundial.
Creo que, como colectivo social, profesionales de la antropología, debemos abocarnos a realizar una propuesta para discutirla con los organismos estatales correspondientes en el país, con el objetivo de darles herramientas para la construcción de nuevas estrategias que partan de la realidad cultural dominicana, y abordar la problemática del COVID 19, desde una perspectiva que pueda impactar en la prevención de la propagación de la pandemia que enfrenta el mundo actual y por ende a nuestro país.
El autor es antropólogo y profesor universitario
Comentarios sobre post