Redacción (Telesur).- Con todos los portentos y todos los aportes que se vinculan a Carlos Patato Valdés, desde las primeras incursiones en su Cuba natal hasta todas las joyas que dejó grabadas, se hace difícil hacer compendio de su vida y obra cuando los espacios son cortos. Pero en territorios caribeños hay todo un ritual para respirar a Patato Valdés junto a Mario Muñoz Salazar, Papaíto. Ha de ser que La Ambulancia como tema emblema se ha compartido tanto en radio y en tertulias que cuando se recuerda a Patato y cuando se recuerda a Papaíto, el asunto asume sonido de emergencia. El trayecto juntos no fue muy largo, más, sin embargo, lo plasmado en el álbum Ready for Freddy es suficiente para una gloria conjunta con aristas comunes.
Le dejaré el espinazo
El día que yo me muera, caballero/ voy a tentar por si acaso…
Carlos Valdés, Patato, nació en Los Sitios, en La Habana, el 4 de noviembre de 1926. Moriría (sin haber escogido ese destino) en Cleveland, Ohio, Estados Unidos de Norteamérica el 4 de diciembre de 2007. Venía de una presentación en California e iba rumbo a su amada Nueva York cuando comenzó a faltarle la respiración… El avión tuvo que aterrizar de emergencia en Cleveland para intentar salvarlo. Falleció el mismísimo día de Shangó, de Santa Bárbara. (Es bueno recordar que una víspera de esta fecha, 4 de diciembre también partió en 1948 Luciano Pozo González, Chano Pozo, otro de los grandes percusionistas que ha dado Cuba. Tanto Patato como Chano eran hijos del Orisha de la música
Quédate sin amor (Patato Valdés)
Curiosamente Mario Muñoz, Papaíto, nació un día después de Santa Bárbara, el 5 de diciembre de 1925, (algunos dicen que fue en 1923) en Marianao, La Habana. Papaíto moriría el 4 de junio de 2000. También, como pasó con Patato, fue sacado de emergencia de un avión, procedente de África. La muerte de Papaíto pasó casi por debajo de la mesa por una circunstancia musical, también dolorosa. Días antes de su deceso se había producido el de Tito Puente (31 de mayo de 2000) y bueno, toda la prensa, y las radios y el público estaban puestos para lo del llamado Rey del Timbal… Casi nadie se dio cuenta, y casi ningún medio informó acerca de la partida de Papaíto, un personaje de grandes méritos y trayectoria propia que se quedó casi sin visitantes en la funeraria antes de que fuera cremado y enviadas sus cenizas desde Nueva York a México, donde había hecho la vida desde que llegó, procedente de La Habana, a bordo de la orquesta de Enrique Jorrín por allá, por la década de los cincuenta.
También por la década de los cincuenta llegaba a Nueva York el Patato Valdés. Patato le decían, entre otras cosas, desde la infancia, dada su pequeña estatura. Y al parecer a Valdés no le importaba mucho el tamaño físico.
Seguramente ya sabía de su camino de grandeza, porque eso de meterse con los cueros, afinarlos con metales, montarse encima de ellos para bailar y experimentar sonoridades como le provocaba, solo lo podía y lo puede hacer un autorizado hijo del Orisha de blanco y rojo.
Estas dos vidas hicieron camino por senderos diferentes, pero llegamos a 1976 cuando ambos habían aportado desde sus campos a la música que acunamos con esa clave que muchos no logran todavía entender, ni en Sol, ni en Fa.
Como suena mi Son
Las costillas pa entablar
Patato era primo de Francisco Fellove (Mango Mangüé) y las mañas innovadoras le venían de familia. Su padre era tresero y para el año en que Patato nació ya había estado en Nueva York nada menos que como parte del Sexteto Habanero. Cosas de la vida, Patato se inclinó por el Tres que tocaba su padre y por la Marímbula (instrumento para marcar el bajo desde sus orígenes africanos) mientras el Sexteto donde estaba su padre sustituía ese instrumento por el contrabajo. En un evento de calle se fijó en el cajón de las rumbas; también se fijó en las congas, y las llegó a tocar en fiestas que se hacían en la casa de Mongo Santamaría, sí. En La Habana.
En esas incursiones estaba cuando Miguelito Valdés se lo quiso llevar a Nueva York, pero Patato era menor de edad todavía y su padre, que ya conocía al monstruo, no dio el permiso.
Para 1948 lo encontramos sustituyendo nada menos que a Valentín Cané en la Sonora Matancera. Dato curioso por cuanto con el tiempo Mario Muñoz, Papaíto, formaría parte de ese mismo grupo, pero ya fuera de Cuba.
Para 1952 ya viaja a Nueva York con el Conjunto Casino. Con él iba Mongo Santamaría. También con el Casino llegó a la televisión cubana. Y los espectadores de la isla quedaron asombrados con el de pequeña estatura por la forma de tocar, y de bailar. Se codeó con Pérez Prado, con el Benny Moré, con el
Chano Pozo, con Orestes Vilató, con Changuito, con el Trío Matamoros, en fin…
El 5 de octubre de 1954 Patato llegó nuevamente a Nueva York, pero esta vez en forma definitiva. A partir de ahí la historia es más conocida.
Un ciempiés poniéndose los zapatos
Cuando Mario Muñoz, Papaíto, murió, venía de unas presentaciones en África, concretamente en Costa de Marfil en compañía de Monguito.
Cosa curiosa, abordó el avión del retorno a EEUU ya con malestar.
Increíblemente, cuando bajó del avión lo montaron directamente… en una ambulancia…
La Ambulancia
Atrás quedaba la etapa con Jorrín que le llevó a México; atrás quedaba su larga etapa con la Sonora Matancera ida de Cuba (de mala manera, por cierto).
Le llegó a la Matancera porque el timbalero, “Minino” cuando vio la movida del “exilio” en México, preparada por Rogelio Martínez dijo: “Qué va, yo me devuelvo para mi isla”. Y Papaíto lo sustituyó, porque Muñoz además de sonero, era un tremendo percusionista. Qué cosas tiene la vida: Papaíto jamás tuvo la oportunidad de cantar con la Matancera. Sería Roberto Torres quien se la ofrecería porque Roberto Torres tampoco tuvo la oportunidad de cantar con la agrupación de Rogelio Martínez, en la que estuvo 3 años como corista. Por eso trabajó en función de Papaito y el resultado fue espectacular, al fundar el sello disquero SAR (Sergio, Adriano y Roberto, los socios del proyecto). Particularmente la voz de Papaito en el tributo a Abelardo Barroso con las Estrellas de SAR, es memorable, al igual que todo el experimento de la charanga vallenata.
https://music.youtube.com/watch?v=K1UmbKBa1r8
El Guajiro de Cunagua (Papaíto con SAR)
Voy a tentar por si acaso
Si alguien capitalizó a Patato Valdés, ese fue Martín Cohen, el dueño de Latin Percussion; pero eso es otra historia…
La cosa es que para 1976 Cohen y Patato estaban claritos en la sonoridad cubana y hacia allá enfilaron con un trabuco. Patato, Julito Collazo, el Ángel Cachete Maldonado, Virgilio Martí, Alfredo Rodríguez, Orestes Vilató, Bobby Rodríguez, Nelson González y en medio de todos esos cuarto bate, Mario Muñoz, Papaíto. La Ambulancia, por si acaso, es tema de Papaíto. Más ná.
Quien tenga el álbum Ready for Freddy, consérvelo como un tesoro. Son apenas 5 temas, pero qué temas: La Ambulancia, Quédate Sin Amor, (Pero Venancio, los hombres no lloran…) Canto A Changó, To Y Van Hecho, y Como Suena Mi Son.
Pájaro levanta el vuelo, caballero/ y anda y lleva este mensaje…
La ambulancia/ me lleva/ la ambulancia…
Autor: telesur – Lil Rodríguez
https://www.telesurtv.net/la-ambulancia-de-patato-y-papaito/