Por Jesse Sánchez @JesseSanchezMLB
Fernando Tatis Jr. nació con eso. Su amor por el juego, sus instintos y actitud es parte de su ADN.
“El béisbol es parte de nuestra cultura”, dijo Tatis, de 21 años. “Es parte de nosotros”.
Ese “nosotros” que dice el dominicano, se refiere a un grupo de jóvenes estrellas que incluye a su compatriota Juan José Soto de los Nacionales, el jardinero cubano Luis Robert de los Medias Blancas, el jardinero venezolano de los Bravos Ronald Acuña Jr. y muchos más. Juntos, estos jóvenes latinoamericanos forman parte de los jugadores más emocionantes en el béisbol y representan el futuro de dicho deporte.
Y como Tatis, todos ellos tienen “eso” que a su vez es algo bueno para el resto de nosotros.
“Estamos hambrientos de juego”, dijo Tatis. “Cada vez que el juego está por comenzar, me digo a mí mismo, ‘llegó el momento de hacer historia’. Entonces, cada vez que salgo al terreno, estoy tratando de hacer algo especial”.
Podría hacerse historia latina con los JMV
Este año, Tatis tiene promedio de .293 con 15 jonrones y 40 impulsadas en el 2020. Su futuro podría ser incluso mejor. Según las proyecciones de ZiPS, dará al menos 30 cuadrangulares y se robará al menos 20 bases en las temporadas que tenga entre sus 22 y 29 años. Barry Bonds es el único jugador con ocho campañas de 30-20 en la historia de las Mayores.
Ah, pero hay más.
Esas mismas proyecciones ZiPS tienen a Tatis impulsando 124 carreras en cada una de esas ocho temporadas, algo particularmente notable entendiendo que nadie ha remolcado 120 o más en cada campaña entre los 22 y 29 años desde que la estadística se oficializó en 1920. Sólo cinco jugadores han tenido al menos ocho años de 120 remolcadas o más en sus carreras: Lou Gehrig (11), Babe Ruth (11), Alex Rodríguez (9), Joe DiMaggio (8) y Jimmie Foxx (8).
Por otro lado está Soto, de 21 años, quien tiene la oportunidad de ser uno de los mejores bateadores en el juego. Tiene 26 partidos de tres imparables antes de cumplir los 22 años de edad. Tiene uno más que DiMaggio y Mike Trout, quienes tuvieron 25 cada uno. También tiene 67 bambinazos en su carrera (y contando), la cuarta mayor cantidad antes de los 22 años. Sus 56 tablazos antes de los 21 años lo igualaron con Tony Conigliaro por la segunda mayor en la historia. Sólo Mel Ott (61) tuvo más.
Los números de postemporada de Soto son igual de impresionantes. Con 18 hits en los playoffs del 2019, igualó al venezolano Miguel Cabrera (Marlins, 2003) por la mayor cantidad en una postemporada entre los jugadores con 21 años o menos. Con los cinco jonrones que dio en ese período, el dominicano es el líder entre todos los jugadores de 21 años o menos. Además, dio tres tablazos en la Serie Mundial, siendo la mayor cantidad para un jugador de máximo 21 años en una postemporada.
“Estás viendo a alguien que madura con el pasar de los años”, dijo el manager de los Nacionales, Dave Martínez. “Él ha estado aquí y nos ha demostrado lo que puede hacer. Sabe cuál pitcheo está buscando y sabe que puede darle con fuerza. Eso es batear. Y ha estado dándoles bien los lanzamientos difíciles”.
Acuña, de 22 años, también está dejando su huella en el juego mientras se solidifica como una de las caras del béisbol. El dinámico patrullero dio 67 jonrones ante de cumplir 22 años, la cuarta mayor cantidad en la historia de las Mayores. El año pasado, se convirtió en el segundo miembro más joven del club de los 30-30, haciéndolo con 21 años. Trout lo hizo con 20 años en el 2012. Acuña, Rodríguez, Trout y Ken Griffey Jr. son los únicos en disparar 60 bambinazos y robarse 50 bases con 21 años o menos.
“Sus habilidades están documentadas, con lo que ha hecho a tan temprana edad, y como dije el año pasado, aún no es un producto hecho. Sigue aprendiendo del juego y sobre él mismo”, dijo el manager de los Bravos, Brian Snitker. “Creo que el cielo es el límite en cuanto a lo que puede conseguir, pero quedará en él cómo maneje todo: El estrellato, la fama y mantener esa mentalidad a diario. Nunca tomar nada por sentado. Creo que si hace eso, tiene el potencial de ser un gran jugador por mucho tiempo”.
Además de Robert, de 21 años–quien tiene una gran velocidad y un poder ascendente–los Medias Blancas cuentan con otras estrellas en ascenso: El cubano Yoán Moncada, de 25 años, y el dominicano Eloy Jiménez, de 23.
El juego no ha sido testigo de este tipo de impacto joven desde los puertorriqueños Javier Báez, Francisco Lindor y Carlos Correa, junto a Mookie Betts, Manny Machado y Corey Seager. Es comparable con el 2012, cuando Trout, Bryce Harper, Giancarlo Stanton y Jason Heyward tuvieron un WAR (Victorias por Encima del Reemplazo, por sus siglas en inglés) de 5.0 con 23 años o menos.
Hay una nueva generación de jóvenes latinos en el horizonte que probablemente venga en camino. Eso es causado por la competencia entre los equipos que buscan talento internacional como nunca antes, y cada vez hay más recursos en el scouting internacional. Todos los equipos tienen academias y programas en la República Dominicana, y la mayoría ha instituido enfoques sistemáticos en el mercado internacional que incluyen aportes de varios de los principales responsables de la toma de decisiones.
Además de los métodos tradicionales de los cazatalentos, los equipos también están utilizando tecnología avanzada como parte de proceso de evaluación, que permite identificar más rápido a los prospectos internacionales del futuro.
Es difícil poner en duda los resultados. Más de 1,000 prospectos internaciones, principalmente de la República Dominicana, firman cada año durante el período de firmas internacionales. Este año, hubo un récord de 109 dominicanos en los rosters del Día Inaugural.
“Obviamente, al mirar nuestro roster, ves que el talento internacional ha sido importante para nosotros”, dijo el gerente general de los Medias Blancas, Rick Hahn. “Por generaciones, el talento internacional ha sido parte de la tradición de los Medias Blancas y cuando comenzamos nuestro proceso de reconstrucción hace unos años, sabíamos que sería imperativo continuar eso. El director de scouting internacional, Marco Paddy, ha hecho un gran trabajo para nosotros, siendo parte fundamental de la firma de los cubanos [José] Abreu y Robert, pero también tenía el conocimiento y las relaciones al momento de adquirir a Moncada y Eloy”.
Sus números hablan por sí solos, pero estos jóvenes jugadores también se desempeñan con estilo. La pasan bien y eso se nota.
“Creo que una de las cosas que se destacan con estos jugadores es el nivel increíble de talento que tienen”, dijo el manager de los Padres, Jayce Tingler. “Y al ser tan jóvenes, tienen esa frescura y chispa que los hacer jugar con tanta confianza y actitud. Personalmente, creo que es algo bueno y saludable, porque lo principal es permitirles ser ellos mismos. Eso es lo que alentamos. Ciertamente, vamos a ser profesionales, pero es importante que seas tú mismo”.
A veces, ser tú mismo es una proposición arriesgada con los jugadores de la nueva escuela, como Tatis y Soto, cuando desafían algunas tradiciones. El mes pasado, Tatis pegó un grand slam con una cuenta en 3-0 al final del juego ante Texas, creando una controversia porque no siguió las “reglas no escritas”. El estilo de Soto en el plato, al ver al lanzador abridor mientras se mueve hacia adelante y hacia atrás, ha recibido críticas.
Pero para estos jugadores y muchos más, esos gestos son para divertirse y para mejorar el juego.
“Creo que en la cultura latina, no sólo en la dominicana, celebramos un poco diferente”, dijo Tatis. “Expresamos nuestra alegría cuando estamos jugando. Así es nuestra cultura. Expresamos más amor y expresamos cuando estamos felices, e incluso cuando no la estamos pasando bien, lo expresamos también. Respetamos el juego, pero creo que lo expresamos un poco diferente”.
Tatis y sus compañeros jóvenes han aceptado la responsabilidad de ser modelos a seguir en el terreno. Honran a las leyendas latinas que vinieron antes que ellos.
Así como el béisbol, eso parece venir de manera natural.
“Ver a los jóvenes y la pasión que tienen al jugar este deporte que amamos. No hay una satisfacción mayor que ésa”, dijo el miembro del Salón de Fama, el panameño Mariano Rivera. “Pero deben recordar que no sólo representan a la República Dominicana, no sólo a Venezuela, Puerto Rico o Panamá, sino a todos juntos”.
Jesse Sánchez, quien ha estado con MLB.com desde el 2001, es un reportero nacional con base en Phoenix.
https://www.mlb.com/es/news/juventud-latina-causa-gran-impacto-en-mlb
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