Santo Domingo (República Dominicana).- El presidente de la Fundación de Personas con Enfermedad Mental (FUNDAPEM), doctor José Mieses, juramentó a un grupo de mujeres, familiares de personas con enfermedad mental, que decidió tomar parte activa en la reforma de la atención a la salud mental que se requiere en el país.
Las juramentadas fueron las maestras Dulce Casilla, Susana Betancourt y Elsa Céspedes; ingeniera Ernestina Pérez Modesto, Belquis Laurencio, doctora Carmen Rosa Cabrera, Asunción Ysidor, Patria De Castro, Angelina Sánchez, licenciada Ramona Olivo.
Mieses expresó que la atención a la salud mental que ofrece el Sistema de Salud excluye de atención a las personas con discapacidad psicosocial causada por las enfermedades mentales graves.
«Se requiere, por tanto, de una reforma profunda orientada a darle tratamiento de rehabilitación a estas personas de manera que puedan recuperarse del deterioro psicosocial», manifestó el galeno.
Señaló que las asociaciones de familiares juegan un papel importante en este proceso.
«La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a las autoridades de Salud, en el Plan Integral para la Atención a la Salud Mental 2013-2030 a fortalecer las asociaciones de familiares para que participen en la formulación de los planes y programas de salud mental, así como en su ejecución», indicó Mieses.
Explicó que la familia es un recurso importante en el tratamiento de las personas con enfermedad mental grave y destacó que es por ello que FUNDAPEM promueve la formación de Comités de Familiares para la defensa de los derechos de las personas con patologías mentales graves.
En el acto fueron leídos los derechos de las familias de Personas con Enfermedad Mental Grave, el cual fue asumido por las integrantes del comité, quienes se comprometieron a divulgarlo.
Derechos de las familias de las personas con enfermedades mentales graves:
Contar con atención oportuna y de calidad en un centro de salud lo más cercano posible al hogar, para garantizar la intervención inmediata del equipo de salud ante las crisis psiquiátricas que se presenten en el seno de la familia.
Recibir de parte de las autoridades de salud pública información actualizada y precisa sobre las enfermedades mentales, así como el entrenamiento necesario para el buen manejo de la conducta del familiar con enfermedad mental.
Recibir apoyo en el propio hogar mediante visitas domiciliarias de los equipos de salud mental comunitarios.
Recibir terapia familiar en los casos de grave disfunción.
Disfrutar de descanso periódico, para lo cual tienen que funcionar centros de rehabilitación psicosocial en los cuales el pariente con enfermedad mental pueda pasar parte del día y algunos fines de semana.
Recibir apoyo psicosocial ante necesidades económicas asociadas a la enfermedad mental del pariente y en lo relativo a su inserción laboral.
Expresar sus necesidades, ser escuchadas y tomadas en cuenta por parte de las autoridades de salud, de modo que figuren en los planes, programas y servicios de salud mental.
Ser tratadas con respeto y consideración por las autoridades y la comunidad. Contar con programas educativos que promuevan el respeto de los derechos de las personas con enfermedad mental y contribuyan a reducir los prejuicios contra ese tipo de enfermedad.
Tener acceso al medicamento que le sea indicado al familiar con enfermedad mental.
Recibir orientación y asesoría del Ministerio de Salud Pública para la conformación de asociaciones de familiares y de grupos de apoyo y autoayuda.
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