A Pleno Sol
En la lucha contra la delincuencia, hay que tener cuidado y ser reservados en aplicar pautas foráneas. Los organismos de seguridad esgrimen métodos de control que son universales, pero tienen que haber particularidades para controlar a los fuera de la ley.
Hay experimentos del trancar primero y después investigar, que se aplican ahora en países que tienen sus cárceles llenas, pero que no han resuelto el problema del crimen organizado.
Hay un componente sicológico y sociológico: cuando la sociedad falla, la pandilla recoge e importantiza al marginado. Al joven excluido dominicano, pero que quiere vivir en holguras, hay que someterlo a una reinserción social.
El analfabetismo es producto del abandono social, y el trabajo no está disponible para la mayor parte de los dominicanos.
Hay que entonces emprender el camino de llevar la esperanza a los que pasan los días parados en una esquina. Nadie se preocupa del joven residente en barrios marginados, hasta que se da la información de que es buscado por la Policía por cometer un atraco, o que cayó en un intercambio de disparos.
El barrio oculta en muchas ocasiones la peligrosidad del individuo, por la cobija social de que es uno de ellos, que nació con su hambre, y subsiste en sus miserias. El soldado del crimen organizado sale del distrito. No es polvo, sino lodo putrefacto que cuando cae vuelve al eterno fango pestilente.
El gobierno y el sector privado deben mancomunar esfuerzos para lograr la integración de los jóvenes de los barrios, a un programa de estudio y trabajo.
La escuela como institución debe suspender la práctica de expulsar a las adolescentes cuando salen embarazadas. Casi nunca retornan al aula. El sector empresarial tiene que ser más flexible al momento del primer empleo.
Cuando un adolescente abandona la escuela, cae en las garras del crimen, la drogadicción y la prostitución. En lo que se puede considerar de primera intención dinero fácil. Por el contrario, se mancha el camino por siempre, y será difícil su reinserción en una sociedad que lo rechaza.
Cualquier ecuación que no busque mejorar los niveles de vida del suburbio, no concluirá con la reinserción del delincuente, sino con su baja en un intercambio de disparos. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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