A Pleno Sol
Los partidos políticos carecen de la fuerza necesaria para ganar unas elecciones contando en exclusiva con sus miembros. Por más que presenten su filiación interna, los partidos, todos juntos, conforman una parte minúscula del sentir de la población nacional.
En las elecciones se presenta un flujo de masas, donde el ciudadano va a votar, no por militancia, sino por la percepción de estarf al lado del que va a ganar, del que le va a resolver sus problemas, o sencillamente, en contra del que estima le hizo algún daño.
Los partidos políticos tienen que ir a la realidad, no constituyen el sentir mayoritario del pueblo. A la gran masa, organizada o a la desbandada, no le interesa la vocinglería electoral, y vota por la propaganda, el hastío, y lo trillado de pensar que cumple con su deber ciudadano.
De ahí que para ganar las elecciones hay que buscar apoyo en el mismo corazón del pueblo, y no pensar que recibirán el poder por un puñado de seguidores, adormecidos por la dádiva o la acción de los encantamientos de serpientes.
Hasta hace unos años se consideraba, en forma malsana, que la abstención era producto de ciudadanos irresponsables, los cuales no cumplían con su deber ciudadano de elegir y ser elegidos. Hoy ese concepto cambió.
Si chequeamos las últimas abstenciones electorales en los Estados Unidos y España, podremos ver que sus presidentes o parlamentos fueron elegidos por minorías, ya que los que decidieron no ejercer el voto rondaban entre un 40 y 50 por ciento.
Es decir, que superaban los votos que obtuvo el ganador de los comicios. En la República Dominicana la abstención electoral va en aumento, y sobre todo se da en las sub- clases media y alta, y en los veteranos-envejecientes, que prefieren irse de vacaciones. Únale también la muchachada que prefiere las fiestas y no los comicios.
Los asesores políticos pueden cambiar la percepción y producir cambios en la realidad, pero en el fondo, ni siquiera con un fino paño de lana han logrado quitar las lacras e inmundicias que acompañan a una sociedad de exclusiones. Hoy vale más el maquillaje que la realidad.
El pueblo da y el pueblo quita el poder. Pero la gran mayoría es indiferente, y en coyunturas especiales da un paso al frente. La abstención y la indiferencia es el principal enemigo a vencer en las venideras elecciones presidenciales. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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