A Pleno Sol
La Semana Santa es una buena etapa para la reflexión. A los dominicanos les hace mucha falta ese instante de meditación. Se vive al borde del abismo, con prisa en muchas ocasiones para no ir a ningún lado.
De ahí que los días de la Semana Santa deben ser tratados para pasar revista al panorama nacional, tomando en cuenta que estamos en un año de elecciones. Ya pasaron las municipales, y viene en camino lo más importante.
Con tiempo, la primera tarea de pasar revista debe ser sobre la importancia del voto, o de la abstención. El ciudadano debe comprender que al momento de echar su boleta en la urna, tiene la soberana potestad de quitar y poner gobiernos.
Es el instante en que todos son iguales, porque el derecho a marcar su boleta hace que se conjugue la misma importancia. Desde luego eso dicen los manuales políticos, y los viejos discursos sobre la democracia.
Pero a pesar de sus imperfecciones, sus vicios y sus corruptelas, el sistema electoral es el ideal para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a tener el gobierno que sea de su agrado, y el que consideren más beneficia al país.
La democracia puede ser pura en las conferencias y los libros de texto, pero en la práctica el mal manejo de los hombres y las mujeres metidos en la política-partidaria la han convertido en un nido de corruptela, de zancadillas, de engaños, de falsedades y de burlas a la voluntad popular.
A pesar de esas imperfecciones, es la única forma civilizada en poder escoger a sus autoridades. Fuera de ahí queda la turbamulta, la lucha callejera, la sangre y la muerte. Los dominicanos conocen en carne viva lo que significa el enfrentamiento de manigua, los golpes de Estado y las revoluciones.
El ciudadano puede hoy ir a votar y tener una coraza propia que lo proteja de la venta de cédulas, de las promesas falsas, de las presiones a perder un empleo, y hasta de amenazas. Si cada votante fortalece su determinación, siempre echará la boleta por la cara de su predilección.
Estos problemas deben ser meditados, tomando en cuenta que viene un largo descanso. El músculo y el intelecto entran en etapa de playas, visitas a familiares, ron y otras cosas, pero hay tiempo para todo. Saque un instante a la alegría, para pensar en el futuro. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana)