En más de una ocasión, esta columna se ha referido a la relación entre la política y la literatura de ficción, sobre todo el teatro. El Gobierno, que actúa sin máscaras, ha respondido con la eficacia de la razón las críticas surgidas ante el anuncio de la necesidad de aplicar en el país una tercera dosis de la vacuna contra la covid19.
Algunos consideraron precipitado el pronunciamiento de hace unos diez días formulado por la vicepresidenta de la República, Raquel Peña. Con esta crítica se estaba censurando -vaya paradoja- la capacidad de previsión, una de las condiciones más preciadas de un Gobierno. La que acerca al gobernante a la estatura de estadista.
En los países desarrollados ya se ha discutido la pertinencia de la tercera dosis, debido a la persistente amenaza de la variante Delta del coronavirus, responsable de grandes preocupaciones sanitarias en el mundo. Además de su alto nivel de contagio, al nuevo virus se le atribuye la capacidad de reducir efectividad a las vacunas.
Los fabricantes de las vacunas han visto reducidas sus expectativas y tuvieron que acelerar los estudios para buscar respuesta. En China, por ejemplo, ha causado desazón un brote de la variante Delta en Indonesia, entre más de 350 médicos y trabajadores de la salud a pesar de haber sido vacunados con Sinovac.
Un vocero del laboratorio que produce esa vacuna, la más aplicada en República Dominicana, adelantó que posiblemente una tercera dosis sea necesaria para enfrentar a Delta y que esto provocaría anticuerpos más fuertes y duraderos. Situación similar se presenta en los Estados Unidos de América, polo opuesto de China.
El laboratorio estadounidense Moderna acaba de admitir que los inyectados con dos dosis de su vacuna contra la covid-19 necesitarán una tercera, como ya ocurre con la de Biontech/Pfizer. La vacuna contra covid-19 de Pfizer-BioNtech requerirá de un refuerzo, dijo Ugur Sahin, cofundador de la empresa alemana BioNTech.
El pasado miércoles, el Gobierno dominicano, junto al Colegio Médico y las sociedades especializadas, informó el protocolo para aplicar la tercera dosis de la vacuna. Partieron de la necesidad del refuerzo para aumentar la respuesta del sistema inmune. Esta disposición resulta del convencimiento, nada de capricho, nada de teatro.
El plan es aplicar de inmediato la dosis de refuerzo, de manera voluntaria a todo el personal sanitario y a personas con morbilidad que tengan las dos dosis, para luego continuar con el resto de la población. Todo se ha fundamentado en la prevención. Prever es un signo distintivo del desarrollo. Nuestra salud vale este esfuerzo.
rafaelperaltar@gmail.com
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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