Abinader y Roberto Álvarez pasaron de plegarse a Trump a «buscárselas» con Biden y los “globalistas”: ¡Muerto el Rey viva el Rey! Así son los gobiernos al servicio del gran capital: primero se tornan neofascista y luego obvian los derechos despojados a la humanidad, para defender al 1% de mega-capitalistas que controlan el 50% de las riquezas del Planeta, 17 conglomerados financieros que poseen 41.1 billones de dólares en red financiera global e invierten en las principales 2,047 empresas del mundo (comunicación, comercio, minería, informática, complejo militar-industrial e industrias diversas).
Pasando de una “monarquía” capitalista a otra, se subordinan a los magnates más ricos del planeta que ejercen en exclusividad el derecho a decidir cómo gobernar el mundo, entre los que sobresalen: Bill Gates (EU), con una fortuna de 88,800 millones de dólares. -Amancio Ortega (España), 84 mil millones de dólares. -Jeff Bezos (EU-Amazon), 82 mil millones de dólares. -Warren Buffett (EU), 76.200 millones de dólares. -Mark Zuchenberd (EU-Facebook), 56 mil millones de dólares. -Carlos Slim (México-EU-Claro, 54,500 millones de dólares, más Soros, Musk y Rockefeller; replicados aquí por Vicini y comparsa, en la dimensión quisqueyana.
Ellos constituyen la cúpula de la Clase Capitalista Transnacional, que desbordó las fronteras nacionales de los países de mayor acumulación de capital, para conformar un Estado supranacional, que instrumentaliza al FMI, BM, Foro Económico Mundial, Consejo Atlántico-Grupo Bildebert, Comisión Trilateral, OTAN y Pentágono, Banco de Pagos Internacional, G8, G20, OMS, OMC y a sus enclaves dentro de los Estados de las grandes potencias y de los países dependientes como el nuestro.
Esa es la quinta esencia del “globalismo”, que enfrentado al fascismo trumpista, vuelve a ocupar Casa Blanca y Capitolio de los EEUU, vestido de Partido Demócrata; por lo que no hay que hacerse ilusiones en cuanto a los reajustes en la política exterior de ese imperio decadente; sensiblemente afectado por la pérdida de hegemonía a nivel mundial, la multi-crisis sistémica que padece la civilización capitalista occidental y la radical división del poder y la sociedad estadounidense.
La herencia que le dejan los globalistas a la humanidad antes de retomar la Casa Blanca y el Capitolio puede resumirse así: …“una crisis humana, en la que la pobreza, la guerra, el hambre, la alienación masiva, la propaganda mediática, la destrucción del medio ambiente, están alcanzando niveles que amenazan la supervivencia de la especie humana.” (Peter Philiips.- Los megacapitalistas.- La élite que domina el dinero y el mundo / 2019). ¿Renunciaran a ella desde sus inmensas fortunas? ¡Las clases dominantes no se suicidan!.
narsoisa@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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