Apreciada familia, amigos/as y compañeros/as de nuestra querida Delta Soto:
Hoy es un día para sentirnos muy orgullosos/as de recordar a Delta en este lindo y merecido homenaje.
Para mí, para Lulú, nuestra familia y nuestros camaradas de tantas, difíciles y hermosas rebeldías, este encuentro tiene un significado muy especial en este país donde se imponen desde la cima de los poderes establecidos tantos homenajes inmerecidos y no pocos ofensivos a la dignidad de nuestro pueblo.
Todavía sufrimos las consecuencias de sobrevivir en un mundo y un país al revés.
Pero en este reconocimiento, “UNA FLOR PARA DELTA”, no hay equívocos ni simulaciones posibles, sobre todo por el calibre de quien lo recibe.
Delta fue, es, una expresión sublime de una generación, que al desplegarse la segunda mitad del Siglo XX, optó por la libertad, el socialismo y la dignidad humana.
Delta fue IJ4, PSP-PCD, con sus respectivas improntas heroicas, anti trujillistas y revolucionarias.
Fue Federación de Mujeres Dominicanas (FMD) en los albores del combate crucial del feminismo contra la cruel opresión patriarcal.
Fue Arte y Liberación.
Fue Abril 65 y Guerra Patria, primavera de una revolución democrática todavía inconclusa.
Fue la hermosa VOZ FEMENINA, más poderosa que fusil, en aquella gesta inolvidable.
Esa voz se escuchó por primera vez luego de la toma de la emisora estatal Radio-Televisión Dominicana y continuó escuchándose cada día, después de ésta ser bombardeada, a través de la Radio Constitucionalista en la Zona Insurrecta, cercada por las tropas yanquis.
Con ese estelar prólogo juvenil, toda su vida estuvo marcada por el amor a su familia, a su pueblo y a la humanidad.
Presente siempre su pasión por el teatro y la literatura, su insumisión frente a las injusticias y el abuso de poder en cualquier terreno de la vida en sociedad.
Pasada la GUERRA DE ABRIl, optó por seguir desarrollando su singular talento, y junto a su joven esposo Rafael Villalona, tomaron la audaz y atinada decisión de estudiar teatro en la URSS con una beca gestionada por el PCD en plena Guerra Fría y no tan fría.
Nos abrazamos militando en el PSP, transformado durante la revolución de abril en PCD, y ese abrazo cariñoso y solidario dura todavía. Recuerdo su frágil, joven y tierna figura, acompañada de una inmensa firmeza y enormes energías contestatarias.
No olvido nuestros lindos encuentros en Moscú y sus emociones y amores por la carrera escogida.
Nadie pudo doblegarla, ni siquiera los enormes sufrimientos que a ella y Rafael le repararon los incomprensibles, absurdos y desgarradores golpes de la vida.
El Imperio, el Estado terrorista de los 12 años y las seudo-democracias corruptas posteriores, fracasaron innumerables veces en sus intentos de atemoralizarla o cooptarla. Delta siempre supo vencer el miedo y siempre dedicó su capacidad de amar y su talento a cosas muy superiores al fatuo valor del dinero y las banalidades.
DELTA terminó su vida física como la inició: plena de decoro, de sensibilidad social y humanidad sin límites. Su memoria es una inmensa fuente de satisfacciones y alegrías capaces de vencer la tristeza de su partida y las adversidades de la vida.
De ahí su trascendencia y el amor que hacia ella se siente en esta sala.
La inmensa y sencilla DELTA SOTO merece todas las flores de esta isla espectacular pródiga y maltratada, y todas las flores del planeta.
P/D: Palabras pronunciadas en ocasión del primer homenaje presencial a Delta Soto, una FLOR PARA DELTA.
(14-11-2021, Teatro Nacional).
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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