El año escolar debe darse por terminado. Con más de dos meses sin los estudiantes de escuelas públicas tomar un cuaderno, no hay razón para tener la persistencia de que se deben realizar exámenes finales, o evaluar a los muchachos de acuerdo con las notas intermedias.
Lo correcto es dar por finalizado este año lectivo, pasar a todos los estudiantes al curso inmediato, y en el próximo dedicar un mes a un repaso general del curso anterior.
En el último año del pre-universitario debe ser requisito básico que se haga un resumen de dos meses, antes de entregar el certificado que permitiría la inscripción en una universidad. Esa evaluación se podría dar durante un mes, antes de comenzar el año escolar.
No hay justificaciones reales para tratar de forzar la realización de unas pruebas nacionales que no sirven para nada, como se ha demostrado en el pasado. Lo único que demuestran las pruebas, es que los estudiantes están mal preparados y las pasan a duras penas.
Desde hace años abogamos por la eliminación de las pruebas nacionales, y volver al método anterior, donde los estudiantes no se examinaban ni con su profesor ni en su escuela.
El ministerio de Educación, entonces secretaría, a los estudiantes de escuelas públicas, los enviaba a evaluación a colegios, y a los de la enseñanza privada a las aulas del Estado.
Las aulas tienen más de dos meses cerradas. Se impartió docencia irregular desde los problemas de las fallidas elecciones municipales, y luego se trabajó a cuenta gotas en la nueva convocatoria a elecciones donde salieron electos los nuevos síndicos y regidores.
Los alumnos de las escuelas públicas carecen de mecanismos on-line que les permita estudiar desde sus casas. Muchos no tienen computadoras, y en los barrios y campos no está disponible el internet que puede hacer funcionar una plataforma de video-conferencia.
En el caso de los colegios privados, en el segmento de la élite, que tienen sofisticadas plataformas digitales que le han permito impartir docencia con normalidad. Estos podrían estar en capacidad de hacer una verdadera evaluación de sus estudiantes.
Pero la respuesta lógica al problema tiene que ser obligatoriamente que pasen todos los estudiantes, porque se está trabajando en medio de irregularidades, y no hay garantías de que métodos sofisticados aplicados a la carrera hayan dado buenos resultados.
Vamos a comenzar a trabajar en el venidero año escolar y demos esto por terminado. Esa es la mejor solución que se puede presentar al sistema educativo nacional. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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