Montecristi (República Dominicana).- El Centro Bahía de Manzanillo para el Desarrollo Regional (CEBAMDER) instó a los promotores del proyecto de Terminal de Abastecimiento y Regasificación de GNL y Central Eléctrica, a revelar, en la segunda vista pública programada para este jueves, los impactos negativos ocultos, especificar las medidas de mitigación que se establecerán.
Además solicitó describir el Plan de Responsabilidad Social que se pondrá en marcha en el municipio Pepillo Salcedo durante las fases de construcción y operación de la planta.
Frank Valenzuela, presidente de la Organización no gubernamental, expresó que «Manzanillo está alzando su voz» y su profunda preocupación ante los resultados de la primera presentación del Estudio de Impacto Ambiental presentado, ya que para los promotores del proyecto todo estaba muy bien, mientras que las empresas consultoras destacaban más de veinte posibles impactos negativos sin presentar posibles medidas de mitigación.
Valenzuela señaló que los impactos ambientales y socioeconómicos podrían ser significativos, afectando la biodiversidad, la calidad del agua y los recursos hídricos, la pesca artesanal, el ecoturismo local, la economía local y los medios de subsistencia de las comunidades cercanas.
Agregó que es crucial realizar evaluaciones de impacto ambiental completas y rigurosas, implementar planes de restauración y reforestación, establecer sistemas de monitoreo ambiental y social a largo plazo, y llevar a cabo acciones de reforestación y conservación en áreas afectadas.
Respaldó los pronunciamientos del presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, Eleuterio Martínez, quien expresó su preocupación por la construcción de una planta eléctrica, debido a la fragilidad del lugar donde se planea edificar, cerca del Parque Nacional Estero Balsa.
Martínez destaca que aunque están dispuestos a aceptar inversiones estatales para generar riqueza y empleo en beneficio de la población, es fundamental garantizar que no se causen daños irreparables a ecosistemas vitales y frágiles como el segundo manglar más importante del país, resaltando que estos recursos naturales son bienes patrimoniales y, por tanto, pertenecen a todos los dominicanos.
Valenzuela dijo que la calidad de vida de las comunidades cercanas podría verse afectada por el tráfico, el ruido, la generación de residuos y el aumento de la demanda de recursos naturales y servicios de salud. La construcción también podría afectar las rutas de navegación marítima, áreas de pesca, actividades ecoturísticas y la economía local, además de aumentar el riesgo de desastres naturales.
Igualmente, la pesca artesanal y la economía local podrían verse afectadas debido a cambios en la calidad del agua y la alteración del hábitat de especies clave. El vertido de agua caliente aumentaría la temperatura del agua, afectando la distribución de especies sensibles, disminuyendo la biodiversidad y causando cambios en los patrones de reproducción y migración de especies marinas.
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