A Pleno Sol
La función central de la Junta Central Electoral es garantizar la celebración de unas elecciones libres y democráticas, sin que caiga el país en una crisis política de impredecibles consecuencias.
Las luchas más terribles son por el poder. Nadie se siente derrotado. Siempre surgen las apelaciones y las ideas levantiscas. Lo único que impide las grescas, es cuando hay un organismo ejecutor, que pueda evitar los choques innecesarios y hacer valer los reglamentos.
Para preparar unas elecciones que sean libres y democráticas, lo primero es ganar la credibilidad publica, que el pueblo tenga confianza en que el organismo podría llevar a cabo un proceso limpio, sin prejuicios, sin inclinaciones y sin torpezas.
La Junta Central Electoral salió mal parada de las primarias de los partidos políticos, y tuvo inconvenientes serios para lograr la celebración de las elecciones municipales. A los magistrados hay ahora que darle un voto de confianza, para que trabajen y puedan organizar las votaciones.
Son elecciones singulares, en medio de un brote epidémico incontrolable. La campaña política se materializa a través de los medios de comunicación y las redes sociales, y en el reparto masivo de alimentos, medicinas y servicios.
Se prevé que la abstención será masiva. Muchas personas tendrán miedo a ser infectadas por el corona virus. La propaganda para atraer a los votantes se fundamenta en que si se hace filas para comprar en los supermercados, o en los bancos, también se pueden colocar el día de las votaciones. No es lo mismo, pero vamos a ver los resultados de la propaganda.
La abstención en los últimos procesos electorales ha sobrepasado el 35 por ciento. Quiere decir que ahora podría llegar a rondar casi el 50 por ciento. Variar esa correlación dependerá de la tarea organizativa de la Junta, y el accionar los partidos políticos.
Las tesis políticas señalan que en medio de una abstención importante, el que tiene mayores posibilidades de ganar es el que tiene una logística clara y efectiva, que le permita transportar a ciudadanos a las mesas de votaciones, y darle un pica-pollo.
Es conveniente que la JCE se reúna con el liderazgo político nacional, para que se establezcan las reglas claras de juego. Se puede tratar de realizar un encuentro con los tres principales candidatos, cara a cara, para que se planteen con claridad las reglas de juego, y se trate de minimizar la posibilidad de una crisis política.
La única forma de lograr la alternabilidad del poder es mediante la votación popular. Así que desde ahora hay que garantizar unas elecciones libres y democráticas. Es la única forma de lograr que la democracia siga firme. ¡Ay!, se me acabo la tinta.
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