Redacción (RT.com).- En el continente americano se está profundizando una epidemia por el creciente consumo de opioides. También hay más producción de cocaína y trastornos por metanfetaminas, y menores incautaciones de marihuana. El tráfico de drogas es de tal magnitud que no tiene precedentes.
Así lo reveló el Informe Mundial de Drogas 2023 que dio a conocer la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), y que desagrega el estado del mercado ilegal de sustancias en cada continente.
En el caso de América, advierte que el consumo de opioides sigue siendo elevado sobre todo en el norte, en donde el 3,3 % de la población adulta declaró haberlos probado en 2021. Equivalen a 10,9 millones de personas.
Además, América del Sur y Centroamérica y el Caribe son las subregiones con la mayor proporción de personas en tratamiento por consumo de productos derivados de la cocaína a nivel mundial. El uso no médico de fármacos estimulantes también es más alto que en las demás regiones.
«En los últimos años ha aumentado considerablemente el número de personas en tratamiento por trastornos relacionados con la metanfetamina en América del Norte, en particular en México«, señaló el documento.
A ello se suma la prevalencia de personas que se inyectan drogas en América del Norte y que es elevada, ya que se estima que representan a un 1,0 % de la población (3,4 millones de personas).
Sin freno
El informe precisó que, pese al rápido crecimiento del mercado del cannabis, los decomisos de esta planta están disminuyendo sensiblemente en América del Norte porque han dejado de ser una prioridad, a diferencia de lo que ocurre con la cocaína.
«Las incautaciones de cocaína se han acercado a los centros de producción de América del Sur, donde la cantidad total ya triplica con creces la incautada en América del Norte», mencionó.
Con respecto a las metanfetaminas, explicó, las que se fabrican en América del Norte se destinan al consumo en esa misma subregión. Y la tendencia es creciente.
«Los datos sobre incautaciones parecen indicar que tanto el tamaño de los laboratorios como su volumen de producción están aumentando, aunque es probable que el número de laboratorios esté disminuyendo», apuntó.
El continente americano, agregó, se ve afectado por el aumento del tráfico de cocaína, vinculado a los niveles sin precedentes que ha alcanzado la fabricación de esa droga en América del Sur.
En ese sentido, precisó que la fabricación de cocaína en América del Sur alcanzó un récord de 2.304 toneladas de esta droga en su estado de máxima pureza.
Uno de los datos más alarmantes es que la epidemia de opioides relacionada con el fentanilo de producción ilícita está elevando hasta máximos históricos las muertes por sobredosis en América del Norte, fenómeno que se aceleró durante la pandemia de coronavirus.
Panorama global
El informe destacó que el cannabis sigue siendo la droga que más se consume a nivel global, ya que se calcula que fue usada por 219 millones de personas, es decir, por el el 4 % de la población mundial. El 17,4 % de los usuarios son de América del Norte.
«El número de personas que consumen cannabis ha aumentado en un 21 % en el último decenio», precisó para reflejar la dimensión del auge de esta planta.
Los opioides ocupan el segundo lugar, ya que se estima que por lo menos 60 millones de personas (1,2 % de la población mundial) los usó. La mitad de ellas residían en Asia.
«Se calcula que, de las personas que consumieron opioides en 2021, 31,5 millones consumieron opiáceos, principalmente heroína», explicó al señalar que es un mercado que se ha mantenido prácticamente estable, sin aumentos significativos.
El impacto es muy alto, ya que alrededor del 38 % de las personas que se sometieron a algún tratamiento por consumo de drogas en 2021 lo hicieron por los opioides.
De esta forma, siguen siendo las sustancias más letales, ya que causan las dos terceras partes de las muertes relacionadas directamente con las drogas (sobre todo por sobredosis).
Otro de los datos más llamativos es que la superficie mundial dedicada al cultivo de adormidera, la planta de la que se extrae la resina para la fabricación de opio y sus derivados, aumentó de manera drástica en un 28 % en 2022.
«La producción de opio disminuyó en un 3,0 %, pero la tendencia a largo plazo se mantuvo al alza. La mayor parte (el 80 %) de la producción ilícita mundial de opio siguió concentrándose en Afganistán», señaló el reporte.
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