A Pleno Sol
La alcancía del pobre corre peligro, mientras se logra una apertura económica que se privilegia sobre la crisis sanitaria. Estamos en momentos de gran trascendencia, donde la prevención y las medidas acertadas puedan salvar la hora de infortunios.
Por años, los campesinos pobres, los de parcela donada por el gobierno, los que se hicieron de un pedazo de tierra que no interesaba a nadie, comenzaron a criar cerdos, para venderlos en la etapa final del año. Era una forma segura de tener dinero en las navidades.
Cambiaron los parámetros alimenticios, el cerdo comenzó a competir con otras carnes, los agro-industriales ofrecieron mejores precios, mayores oportunidades de negocio y sobre todo higiene garantizada. Entre parceleros, se tambaleó la crianza de cerdos, que a duras penas se mantiene.
Hoy, llega la Fiebre Africana Porcina, que podría obligar a la eliminación de los cerdos en el territorio nacional. Ya pasó en una ocasión. Ojala y todavía se pueda salvar la situación, y no se tengan que tomar medidas radicales.
En lo inmediato, hay que ir en auxilio de los pequeños productores de cerdo, que van a ser los más perjudicados. Luego se puede llegar a acuerdos con los agro-industriales. El gobierno tiene que compensar por los cerdos que sean eliminados, y dar las facilidades para las nuevas crianzas.
A los agroindustriales también se les debe dar facilidades tomando en cuenta que la producción de los derivados de cerdos podría colapsar. Es un momento de emergencia, que tiene que ser enfrentado por todo el sector ligado a la producción, sea oficial, privado o parcelero.
En otro aspecto de los acontecimientos del momento, se corre un gran riesgo en levantar el toque de queda en la Capital. En plena pandemia, la población está perdiendo el miedo a ser infectada, y se ve a decenas de personas en las calles sin las mascarillas ni tomar medidas sanitarias.
El levantamiento del toque de queda es una acción que va dirigida a la apertura económica, en tratar de normalizar la vida comercial, pero a muchos da la impresión de que todo pasó y que la pandemia es cosa del pasado. No es así, Estamos en medio de este infierno que amenaza con afectarnos a todos.
El toque de queda podría ser una medida odiosa, pero es necesaria. Establece controles y es respetado por la mayor parte de la población. Soy partidario de que se mantenga el toque de queda en la Capital. Vamos a ver cómo avanza la pandemia en medio de esta apertura. Tengo temores…..!Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
Comentarios sobre post